sábado, 29 de junio de 2013

EL TRANSPORTE ESCOLAR Y DE MENORES

El transporte de escolares, dentro del ámbito del transporte de pasajeros, tiene una especial relevancia dadas las características de sus usuarios. La atención que este modo de transporte presta a los menores requiere que se intensifiquen las garantías de su prestación, fundamentalmente en materia de su seguridad.
El conductor siempre debe emplear un trato educado y correcto con los usuarios del transporte, pero si hablamos de conductores de rutas escolares, estos deben procurar un trato más cercano y directo, tratando de conocer a sus pasajeros para que de esta forma se establezca una relación de confianza que facilite su trabajo y el buen desarrollo del mismo. Si el conductor se gana la confianza de los menores, estos se sentirán más seguros y estarán más inclinados a seguir sus instrucciones.


Una relación cordial favorece el buen comportamiento de los menores durante el trayecto, una mejor asimilación de las normas que se deben cumplir, tanto al subir  como al bajar del autobús y durante el tiempo que permanezcan en el mismo.
En el transporte escolar, los trayectos no pueden superar 1 hora de duración; si esta situación tuviese lugar en algún momento, el conductor debe avisar a su empresa, la cual debe notificarlo al centro escolar para tomar las medidas oportunas.
En los autobuses escolares, el conductor va a estar acompañado de otra figura, que recibe el nombre de acompañante. Este último va a ser la persona responsable de la vigilancia de los menores y de su seguridad. Los dos, conductor y acompañante, van a trabajar juntos por un trayecto más seguro.

El ACOMPAÑANTE

Con carácter general, se establece la presencia obligatoria del acompañante en cualquier modalidad del transporte escolar, cuando, al menos, el 50 % de los viajeros sean menores de 12 años o cuando, al menos, la tercera parte o más de los alumnos transportados tengan una edad inferior a 16 años. En el transporte a los centros de educación especial será exigible en todo caso.

El acompañante debe ser una persona mayor de edad, distinta del conductor, y que debe conocer el funcionamiento de los mecanismos de seguridad del vehículo y se encargará del cuidado de los menores, tanto durante el transporte como en las operaciones de acceso y abandono del vehículo.

En caso de que no hubiera acompañante, los menores sólo podrán viajar si se considera que no hay riesgo o, si se cree que la realización del transporte implica un mayor riesgo. El transportista es el responsable de cumplir esta obligación, independientemente de a quién corresponda contratar al acompañante. Aun así, es aconsejable, que el conductor avise a la empresa de la situación y espere instrucciones.

El acompañante debe ocupar un asiento en las inmediaciones de la puerta de servicio central o trasera. No debe ir sentado junto al conductor, ya que de esta forma iría dando la espalda a los menores y no podría controlar las diferentes incidencias que se producen en el interior del autobús.

El acompañante debe cumplir un serie de funciones:
  • Comprobar que nadie vaya de pie.
  • Cada niño debe ocupar una plaza, por lo tanto, tiene que comprobar que nunca viajen más niños que plazas tiene el vehículo.
  • Debe conocer los mecanismos de seguridad del vehículo (situación y funcionamiento).
  • Debe prestar especial atención durante la subida y bajada de los menores del vehículo. Y tiene que descender del vehículo mientras se realizan las operaciones de acceso y abandono del vehículo, así como, en su caso, de la recogida y acompañamiento de los alumnos desde y hasta el interior del recinto escolar.
  • Debe conocer la situación y utilización del martillo rompecristales, el manejo del extintor y la situación de las ventanas de socorro o emergencia.
  • Es fundamental que controle y vigile a los niños en todo momento.
  • Ha de evitar que los niños molesten al conductor.
  • Debe procurar impedir que los niños crucen sin comprobar que no vienen vehículos.
  • Revisará la adecuada colocación de las mochilas.
  • Comprobará si falta algún alumno o sucede alguna incidencia, y en ambos casos debe comunicarlo al centro escolar.
  • Atenderá a cualquier niño que se encuentre indispuesto.
  • Cuando finaliza el transporte ha de comprobar que los niños se quedan a cargo de un familiar o persona autorizada.
LAS ZONAS DE PELIGRO

Las zonas de peligro son las áreas alrededor del autobús que resultan más difíciles de ver y controlar por parte del conductor.
Los menores pueden tener comportamientos imprevisibles y el conductor debe estar preparado para afrontarlos, de esta forma podrá anticiparse y actuar de forma adecuada.
No hay que dejar que los menores corran o jueguen dando empujones en la parada, en muy peligroso cuando se está aproximando el autobús o simplemente, cuando hay tráfico cerca.

La parada es una de las zonas más peligrosas. El transporte escolar es utilizado por menores con una importante zona de incertidumbre, donde sus movimientos son más impredecibles, en la mayoría de las ocasiones, que los de otros usuarios de las vías.

El conductor estará especialmente atento cuando llegue a la parada, aproximándose a una baja velocidad, se fijará en todo lo que ocurre alrededor de su vehículo, en la circulación y en los peatones. Se cerciorará por los espejos retrovisores y se acercará a la parada juntándose lo máximo que pueda a la derecha de la calzada.

Una vez en la parada detendrá el vehículo para que los menores puedan acceder al mismo. Mientras los viajeros suben o bajan del autobús en las paradas, se deben poner las luces de emergencia para de esta forma, advertir al resto de conductores. No se debe poner el autobús en marcha hasta comprobar que todos los niños están sentados y, comprobar por los retrovisores, que no hay ningún niño que pierde el autobús, y va corriendo junto a él para intentar que se detenga.
Otro momento especial de riesgo es cuando suben y bajan de los autobuses. Los menores corren al subir al autobús, y al salir.

Cuando los niños cruzan por delante del autobús no ponen especial cuidado. No hemos de olvidar que si hay que cruzar la calle por delante de un autobús, hemos de caminar siempre por la acera, y si no hay acera, caminar a lo largo del borde de la carretera, hasta llegar a un punto donde esté, como mínimo, a una distancia de al menos 3 metros por delante del autobús, asegurándonos de que el conductor pude localizarnos antes de cruzar.

Cuando los menores van a subir al autobús deben guardar unas normas básicas de seguridad:
  • Cuando se acerca el autobús deben mantenerse siempre alejados de él, y dejar que el autobús se acerque hasta la acera, de esta forma se evitan tener que bajar de ella.
  • No hay que empujar a otros niños para subir el primero.
  • Tienen que saber esperar hasta que el autobús se pare, la puerta se abra y el conductor o el acompañante den su visto bueno para poder subir al autobús.
  • Los menores nunca deben caminar por detrás del autobús porque el conductor podría no verlos. Esta es una situación de especial peligro.
  • Cuando los niños suben o bajan del autobús, deben de emplear los pasamanos, de esta manera evitarán posibles caídas.
Hay que tener, asimismo, cuidado con estos pasamanos o con las propias puertas del autobús, ya que se podrías enganchar en ellas las mochilas de los menores o sus ropas.

Mucho cuidado cuando los niños llevan juguetes, estuches u otros objetos de mano, y estos caen al suelo cerca del autobús., si esto ocurre, nunca hay que recogerlos. Lo primero que hay que hacer es decírselo al conductor o al acompañante, y una vez que estén avisados, cogerlo con mucho cuidado. Nunca debe recogerlo el menor porque, si el conductor pone el autobús en movimiento, podría no verle.

Cuando los menores han subido al vehículo, tienen que sentarle en la plaza rápidamente, y una vez que el autobús esté en movimiento, deben quedarse sentados en el asiento hasta que finalice el recorrido.
Dentro del autobús no hay que girar ni alborotar. No se debe distraer al conductor.

Las bolsas escolares o mochilas no pueden estar en los pasillos ni en aquellos lugares donde se dificulten el paso o donde obstaculicen la visión del conductor. Tampoco en sitios donde, en caso de frenada brusca, puedan producir algún tipo de lesión. En las excursiones, será el conductor quien compruebe que los equipajes están en la bodega ordenados de forma correcta. Una vez finalizado el trayecto, hay que bajar del autobús usando los pasamanos o barandillas, y al igual que cuando se sube, hay que prestar atención para que las mochilas o alguna prenda de ropa no se enganchen en ellos o en las puertas.
En caso de tener que cruzar la calle por delante del autobús, los menores deben caminar por la acera y, en caso de que no haya, por el borde de la carretera, hasta alcanzar una distancia que esté al menos a tres metros por delante del autobús antes de cruzar. Deben asegurarse que el conductor del autobús puede verles y de que ellos le ven a él para de esta forma, seguir sus indicaciones.

MARCHA ATRÁS

No es aconsejable que el conductor de un autobús escolar de marcha atrás cuando está cerca de las paradas. Sólo debe dar marcha atrás cuando no se tenga otra manera segura de mover el vehículo.
Nunca debe dar marcha atrás un autobús escolar cuando los menores estén fuera del autobús. Dar marcha atrás es peligroso y aumenta el riesgo de que ocurra un accidente.

Si el conductor no tiene otro remedio y debe dar marcha atrás, debe seguir unas recomendaciones básicas sobre seguridad:
  • Procurar que nada ni nadie del interior del autobús del distraiga con ruidos o movimientos inoportunos.
  • Revisar constantemente todos los espejos y las ventanas traseras.
  • Dar marcha atrás lenta y suavemente.
  • Si en algún momento tiene alguna duda, antes de continuar, es preferible poner el freno de estacionamiento, apagar el motor y quitar las llaves del contacto y dirigirse hacia la parte posterior del autobús para comprobar si el camino está despejado.
  • Si se tiene que dar marcha atrás en un lugar donde se recogen menores, el conductor se debe cerciorar de haber recogido a todos los estudiantes antes de realizar la maniobra y estar pendiente en todo momento de cualquiera que llegue tarde.
  • El conductor debe asegurarse de que todos los niños dentro del autobús antes de dar marcha atrás.
  • Si tiene que dar marcha atrás en un lugar donde se bajan los menores, el conductor dejará que abandonen el autobús después de haber retrocedido.
Una vez que todos los escolares se encuentran en el interior del autobús, el conductor no tiene más que:
  • Cerrar la puerta.
  • Asegurarse de llevar puesto el cinturón de seguridad.
  • Arrancar el motor.
  • Cambiar la transmisión.
  • Soltar el freno de estacionamiento.
  • Apagar las luces de estacionamiento.(este proceso se hace de manera automática, en algunos autobuses, ya que se encienden de forma automática al abrir las puertas, por lo que al cerrar, se apagan)
  • Encender el indicador de dirección izquierdo.
  • Verificar de nuevo todos los espejos.
  • Y cuando él considere que es seguro, incorporarse al tráfico.
INSPECCIÓN POSTERIOR AL VIAJE

Cuando el conductor haya finalizado la ruta o la actividad escolar, debe llevar a cabo una inspección del autobús. Debe caminar por el interior del autobús y alrededor del autobús buscando lo siguiente:
  • Objetos olvidados en el interior del autobús.(Mucha gente pierde la cartera o documentos importantes y cuanto antes se haga una inspección peor lo pasará esa persona)
  • Ventanas y puertas abiertas.(Evitamos robos,manipulaciones de los mandos, o incluso que entre la lluvia estropeando instrumentos o asientos)
  • Problemas mecánicos o de funcionamiento del autobús.
  • Daños o vandalismo.
En caso de encontrar cualquier problema o situación especial debe informar inmediatamente a su supervisor o a los responsables escolares.

RELACIONES CON LOS ESCOLARES

A fin de transportar a los estudiantes desde y hasta la escuela con seguridad y a tiempo, el conductor tiene que ser capaz de concentrarse en la tarea de conducir.

Cuando los menores están subiendo y bajando del autobús y durante el tiempo que dura la ruta, son momentos que requieren toda la concentración del conductor y no debe apartar los ojos de lo que está sucediendo fuera del autobús.
El trayecto del autobús escolar puede resultar divertido, pero también muy aburrido.

Se debe hacer ver a los escolares que el autobús es un espacio compartido por más niños, que todos deben seguir una normas básicas de comportamiento y buena educación y, que si no saben respetarse y actuar de forma responsable, el viaje puede resultar muy molesto e incómodo.
Por norma general, los trayectos para ir al colegio, suelen realizarse a horas muy tempranas, por lo que muchos niños pueden ir medio dormidos, pero puede haber otros que se sientan incomodados por haberse levantado tan pronto y estén irritados o malhumorados, lo que les puede conducir a molestar a sus compañeros. Y en los trayectos de vuelta, después de un largo día de trabajo, o están muy cansados o se encuentran muy activos, por lo que puede ser el mejor momento para fastidiar al resto de los compañeros de ruta.

No debemos olvidar que el conductor no va a estar solo, el acompañante debe estar atento a estas situaciones y actuar con respecto a ellas.

Si hay un problema de comportamiento dentro del autobús o mientras los escolares están subiendo o bajando del mismo, es conveniente que el conductor espere hasta que los menores hayan terminado de subir o bajar y, estén seguros en el interior del vehículo o se hayan alejado del mismo lo suficiente. Si es necesario, el conductor dirigirá el autobús hacia un lado de la calle para poder atender el problema.

Si el conflicto que se plantea es muy serio, el conductor se puede ver obligado a detener el autobús, siempre en un lugar seguro, y dirigirse directamente a los causantes del problema, hablándoles de forma respetuosa y educada pero con una voz firme, sin necesidad de grita.
Recordarles a estos menores cuál es el comportamiento que se espera de ellos y que confía que sepan respetar las normas. El conductor debe demostrar que habla en serio. Si se cree necesario, se puede hacer un cambio de asiento, colocando al alborotador cerca del acompañante o del conductor.

En determinadas rutas escolares puede haber diferencias significativas de edad entre los menores, por lo que será importante estar atento para que los mayores no se aprovechen de los más pequeños.

Sería beneficioso aprovechar el trayecto del transporte escolar para impartir formación sobre educación vial.
Si se enseña la educación vial en el propio autobús escolar, el menor será más receptivo porque se imparte la educación en un contexto práctico, por personas (el conductor y el acompañante) cercanas y porque el propio alumno puede comprobar como puede repercutir en su propia seguridad. La educación desde temprana edad crea hábitos en el niño que a su vez determinan formas de conducta que pueden resultar beneficiosas cuando el niño se haga adulto.

viernes, 28 de junio de 2013

ITERACCIÓN CON LOS PASAJEROS, ESPECIFIDADES DEL TRANSPORTE DE DETERMINADOS PASAJEROS Y GRUPOS DE PASAJEROS

El transporte público sigue siendo una importante barrera para las personas con minusvalías físicas y sensoriales. El sector de los transportes por autobús y autocar debe poder asegurar servicios competentes y de calidad, debe esforzarse por mejorar el confort de los pasajeros y para ello debe contar con vehículos mejor adaptados para el transporte de personas con movilidad reducida y personas con problemas sensoriales, ya sean visuales o auditivos. Este progreso es inevitable y esencial para el sector de los transportes por autocar y autobús.

La movilidad, el poder desplazarnos de un lugar a otro, es primordial para toda persona. Todos, en algún momento del día, tenemos que desplazarnos cuando salimos de casa para ir al colegio, al trabajo, o a comprar. A veces, este desplazamiento es más breve porque todo está cerca, pero en otras ocasiones  nos encontramos con que esto no es así. Son muchas las ocasiones en las cuales necesitamos recurrir a un medio de transporte para superar el recorrido.


Pero, este gesto tan sencillo, como es coger el autobús, ¿pueden hacerlo todas las personas?, está claro que no. Todavía queda mucho por hacer para poder adaptar los autobuses o autocares a las necesidades de todos. Las facilidades de acceso para viajeros en silla de ruedas, personas ciegas y personas sordas en el transporte público no siempre es la deseada.

Aunque en general el resultado es correcto en referencia a la adaptación para personas en sillas de ruedas, a las que se les garantiza la accesibilidad, pues se están llevando a cabo actuaciones concretas en relación con la seguridad, la calidad y la eficiencia, no podemos decir lo mismo con respecto a las necesidades de los usuarios ciegos y sordos. Las paradas de autobús, aun contando gran parte de ellas con problemas de accesibilidad, se van adecuando a las necesidades de las personas con movilidad reducida.

Para poder viajar en autobús se precisan unas determinadas condiciones de accesibilidad:
  • En la estación de partida.
  • En el propio vehículo.
  • Y en las áreas de servicio en las que se detenga.
Decimos que las estaciones de partida, el vehículo y las áreas de servicio son accesibles cuando el usuario puede acceder, puede desplazarse, moverse con libertad, sin impedimentos o barreras que obstaculicen.
Los coches aparcados enfrente de las paradas dificultan en ocasiones el acceso de los minusválidos al vehículo.

Las estaciones de autobuses, en general, tienen todavía un gran déficit respecto a sus condiciones de accesibilidad, con algunas excepciones. Si hacemos referencia a la áreas de servicio de la red principal de carreteras, autovías o autopistas, la mayoría son básicamente accesibles.
Los autobuses de piso alto, con peldaños en los estribos, son todavía muchos en las flotas de nuestras ciudades, es por ello que son inaccesibles para las personas con movilidad reducida en silla de ruedas.
Incluso son pocos, los habilitados con plataformas elevadoras; más numerosas son las medidas que facilitan la accesibilidad a personas con movilidad reducida con discapacidad motora ambulante.

El gran avance que se ha producido a favor de la accesibilidad de los autobuses, se ha dado en esta década, al incorporar a las flotas autobuses de piso bajo. Sin embargo, en la mayor parte de los nuevos autobuses de piso bajo no se instalan elementos complementarios que son muy importantes para las personas con movilidad reducida, especialmente la rampa escamoteable que facilita el embarque/desembarque.
Los autobuses deberían contar con un sistema acústico de aviso y dispositivos para así poder facilitar la orientación dentro del vehículo de las personas invidentes. Hay que hacer incapié en que las personas sordas tampoco disponen de los dispositivos visuales necesarios que les simplifique el acceso a los transportes públicos.

En ocasiones, en los propios autobuses adaptados, se pueden llegar a producir errores y situaciones que se consideran "incongruentes" y que impide a este colectivo de usuarios, utilizar el transporte público con normalidad. Las personas con movilidad reducida que consiguen utilizar los autobuses se encuentran, en muchas de las ocasiones, con dificultades una vez que han podido acceder a ellos, por ejemplo, la plataforma está situada a mitad del autobús, pero luego tienen que ir a pagar a donde está el chofer, lo que resulta incómodo, y en ocasiones muy complejo. (Una máquina para insertar el bonobús junto al hueco de  la silla de ruedas evitaría este tipo de inconvenientes)

Como ya hemos comentado anteriormente. los discapacitados sensoriales (ciegos y sordos) tienen la accesibilidad a los autobuses más complicada. En múltiples ocasiones las posibilidades de un ciego de utilizar la red de autobuses se limitan a la solidaridad de la gente. No existen avisadores sonoros, ni avisos de parada y ni siquiera hay como por ejemplo, el picador del bonobús.

Los conductores de los autobuses reconocen algunos de los problemas que se presentan a la hora de utilizar los autobuses adaptados, como puede ser, por ejemplo, la falta de formación, al principio, sobre cómo usar las rampas, dificultades con dispositivos como el cinturón de seguridad de algunos vehículos ya habilitados, "porque no llegan para cubrir la silla de ruedas", etc.

Asegurar la accesibilidad, seguridad y autonomía personal implica trabajar:
  • En los vehículos: Incorporando unidades de piso bajo dotadas de dispositivos de arrodillamiento.
  • En las paradas: Elevando la cota de parada hasta situarla del orden de 20 cm. por encima de la calzada.
  • En el vínculo autobús-parada: Mediante la instalación de un bordillo especial que facilite la máxima aproximación del autobús a la parada.
Además, los autobuses estarán dotados de rampas motorizadas escamoteables, que faciliten la entrada y salida de los pasajeros.

Para que los autobuses sean accesibles:
  • Deben contar con "suelo bajo" o "plataforma baja", de tal forma que los pasajeros puedan acceder al autobús sin tener que subir escalones, o bien disponer de una plataforma elevadora automática, situada en la parte central apta para sillas de ruedas y con modo de funcionamiento autónomo por parte del usuario.
  • Se admitirá la ayuda con rampas motorizadas, escamoteables bajo el suelo del vehículo y un sistema de genuflexión o arrodillamiento lateral.
  • Al menos por una de las puertas se deberá acceder sin que exista ningún escalón.
  • El ancho libre de las puertas de entrada y salida debe tener unas medidas específicas que no impliquen dificultad. En caso de existir barra central, se asegurará en uno de los lados un espacio libre suficiente.

  • Las puertas incorporan en toda su anchura unas barras, para que puedan ser utilizadas como asideros.
  • Contarán con dispositivos que las abran automáticamente cuando al cerrarse aprisionen cualquier objeto.
  • Se tendrán previstos los medios necesarios para impedir que el autobús depliegue el mecanismo de reclinación sobre un obstáculo y un sistema de bloqueo que impida el arranque del vehículo durante el arrodillamiento o el despliegue de las ayudas de subida.
La circulación interior de un vehículo accesible ha de cumplir con una serie de requisitos:
  • El suelo de los vehículos de transporte ha de ser antideslizante y no debe tener ningún escalón u obstáculo que impida la libre circulación en su interior.
  • El itinerario desde la puerta de acceso hasta el espacio de alojamiento debe tener un ancho de espacio mínimo libre de obstáculos. En el área de pasajeros el paso debe contar con una anchura que permita el paso de estos usuarios.
  • Se debe de disponer de un espacio libre suficiente para poder girar.
  • Las barras verticales de sujección para permitir una progresión adecuada a las personas con dificultades en la marcha, serán antideslizantes y de colores contrastados. El número mínimo de éstas será tal que no haya más de una fila de asientos sin su correspondiente barra.
  • Las señales de aviso se colocarán en el techo, lugares visibles tanto para los pasajeros que viajen sentados como para los que lo hacen de pie.
  • Los timbres u otros elementos que requieran accionamiento manual estarán dispuestos a una altura que les permita hacer uso de ellos.
  • Los rótulos y señales informativos de parada serán visibles o detectables auditivamente por cualquier viajero, tanto si permanece de píe como si va sentado.
Los avisadores acústicos de solicitud de paradas y desembarque de un pasajero con movilidad reducida deben ser audibles pero no deben alterar ni inquietar al pasaje.
Las barras de apoyo y de asideros deberán estar dispuestos de tal manera que resulten accesibles a todos, desde que entran en el vehículo, durante el trayecto y hasta que lo abandonan. Esta accesibilidad debe estar garantizada desde los asientos, lo que dará seguridad en el momento de sentarse o levantarse.
Se recomienda disponer asideros en los asientos, ya que facilitan tanto la acción de sentarse y levantarse como la sujeción de quienes viajan de pie.

Algunos asientos pueden ir dotados de reposabrazos, principalmente abatibles y deben corresponderse con aquellos reservados para pasajeros con necesidades especiales.
Es recomendable la señalización táctil de los asientos reservados en la barra superior corrida, mediante una zona con protuberancias situada en la vertical de dicho asiento reservado, que dispondrá de espacio adicional lateral y frontalmente de forma que pueda ser utilizado por una persona con limitación visual acompañada de perro-guía.

USUARIOS CON DISCAPACIDADES SENSORIALES

Lo que para muchos de nosotros no deja de ser algo habitual, la utilización del transporte público, para otros muchos usuarios supone una carrera de obstáculos. Las personas que padecen cualquier tipo de discapacidad, ya sea sensorial o de movilidad, tienen que enfrentarse a una serie de dificultades que no siempre son fáciles de superar.
El simple gesto de subir o bajar de un autobús, acceder a la parada del mismo, comprar el billete, saber en que tramo del recorrido estamos, poder tocar el timbre de aviso o pedirle información al conductor no siempre se puede realizar con la facilidad que sería deseable.

PERSONAS CON DISCAPACIDAD VISUAL (CEGUERA)

Las personas con deficiencia visual, es decir, que padecen ceguera, pueden llegar a sentir fuertes sentimientos de inseguridad, creerse incapaces para controlar el ambiente, y por supuesto, las dificultades propias relacionadas con el desplazamiento y manejo de la información visual.
Las dificultades en el desplazamiento implican los problemas de reconocimiento de los diferentes elementos con los que se interactúa a diario y conocer los espacios por los que se realizan dichos desplazamientos, con menor dificultad cuando es un recorrido ya conocido, pero con mayor complicación si se trata de un nuevo trayecto. En los diferentes intinerarios a realizar se  pueden presentar múltiples obstáculos (obras, pendientes, hoyos, etc.) que van a dificultar los desplazamientos.
Las limitaciones en el control del ambiente impiden abarcar grandes espacios y captar una gran cantidad de información de forma simultánea.
La inseguridad que siente la persona con discapacidad visual por ese desplazamiento, constituye un grave problema, que puede ser resuelto con un adecuado entrenamiento en la utilización de los "sentidos vicariantes" (oído, tacto, olfato, gusto y sentido de percepción de obstáculos).
Los problemas en la adquisición de información. Gran parte de la información de nuestra sociedad es visual:
las señales en las calles, el número de los autobuses, el trayecto a realizar por estos, los mapas de itinerario, los horarios, etc.

PERSONAS CON DISCAPACIDAD AUDITIVA (Sordera)

Existen importantes barreras en el transporte y de comunicación que perjudican de forma muy directa a las personas sordas. 
Las personas con discapacidad auditiva pueden tener problemas considerables cuando se relacionan con su entorno, es decir, se van a encontrar con una importante limitación cuando intenten entablar una vía de comunicación mediante el lenguaje oral, ya que no pueden escuchar las posibles respuestas, añadiéndose a esto la impotencia que sienten estas personas cuando no pueden interpretar lo que expresan.

Se debe intentar facilitarles una comunicación adecuada, pudiéndose hacer a través de un intérprete, de una señalización conveniente o de un mayor número de carteles con texto, ya que las personas sordas van a tener problemas a la hora de identificar los sonidos que nos indiquen, por ejemplo, la próxima parada, una alarma, etc., así como las posibles indicaciones por parte del conductor o de cualquiera de los pasajeros.

PERSONAS CON PROBLEMAS DE MOVILIDAD REDUCIDA

Hemos de diferenciar entre aquellos usuarios que necesiten para desplazarse una silla de ruedas y entre aquellos otros usuarios que tienen dañados los miembros inferiores y tienen problemas para realizar cualquier tipo de movimiento.
Van a ser los primeros los que van a tener mayores dificultades para acceder a los medios de transporte, ya que sus desplazamientos van a estar limitados, la mayoría de las ocasiones, al tamaño de la silla de ruedas.
Necesitarán una parada libre de obstáculos, un autobús que les permita superar los diferentes desniveles y escaleras, por lo que será necesaria una rampa. Tendrán también problemas para acceder a los timbres de señalización de parada, necesitarán pasillos anchos por donde poder desplazarse y girar con su silla, puertas amplias que no supongan ninguna traba.
Los usuarios con movilidad reducida a causa de lesiones en los miembros inferiores presentarán problemas de desplazamiento, de equilibrio, dificultades para acceder a un medio de transporte si este no cuenta con los diferentes sistemas de accesibilidad que hemos expuesto anteriormente.

PERSONAS CON DISCAPACIDADES MENTALES

Hacemos referencia a aquellas personas que sufren algún tipo de retraso intelectual, el cual, en ocasiones, tiene características limitativas a la hora de desplazarse en transporte público.
Es fácil que este tipo de usuarios tengan problemas de reconocimiento (rutas, paradas,etc.), de memoria, de comunicación (con el conductor o con el resto del pasaje), o de compresión con respecto a la información que percibe a través de los diferentes carteles o por medio de la comunicación oral.

EL CONDUCTOR

La figura del conductor es fundamental para que se pueda llevar a cabo toda una secuencia de hechos que concluyan con la accesibilidad de los pasajeros con diferentes tipos de discapacidades al medio de transporte y puedan realizar su viaje sin sufrir ningún tipo de contratiempo.
Aunque existan paradas accesibles, si hay algún vehículo mal aparcado, el usuario que sufre discapacidad no podrá acceder al autobús, por lo que será necesario que el conductor busque una alternativa viable que permita a estos pasajeros subir al vehículo.

El conductor debe recordar que las personas con discapacidades quieren tomar sus propias decisiones, por lo que deberá siempre dirigirse a ellas, aunque vayan con un acompañante o intérprete.

Antes de ayudar, hay que ofrecer la ayuda. No siempre las personas con algún tipo de discapacidad requieren asistencia, ya que hay actividades que desarrollan mejor sin protección.

Lo más práctico es actuar con naturalidad para que todo suceda con normalidad. Si el conductor llega a encontrarse en una situación embarazosa, lo mejor es actuar con educación y con algo de delicadeza.

PERSONAS CON DISCAPACIDAD VISUAL (CEGUERA)
  • Cuando un conductor tenga un pasajero ciego deberá identificarse y hacerle notar que está hablando con él, ofreciéndole su ayuda, pero nunca se debe ayudar sin antes preguntar cómo hacerlo.
  • Si se va a actuar como guía, se ha de colocar la mano de la persona ciega en el codo de la persona que presta ayuda. La persona con discapacidad visual acompañará el movimiento del cuerpo del guía en cuanto éste comience a andar.
  • Siempre se ha de avisar, de forma anticipada, de cualquier tipo de desnivel, de la presencia de suelos resbaladizos, agujeros y obstáculos en general durante el recorrido.
  • En un pasillo estrecho, el guía echará su brazo hacia atrás, así la persona ciega podrá seguirle.
  • Para ayudar a una persona ciega a sentarse se la debe guiar hasta el asiento, informándola si éste tiene apoyabrazos o no, y se la dejará que se siente ella sola.
  • Cuando se explican las direcciones, se ha de ser más claro y específico posible, procurando indicar las distancias en metros. Hemos de recordar, que las personas con discapacidad visual están ciegas, no sordas, por lo que se las hablará en un tono normal de voz.
  • Cuando la persona que presta ayuda se vaya a ir, debe avisarlo siempre.
  • Los usuarios con perro guía tienen garantizada su accesibilidad al medio de transporte. El perro guía se tumbará a los pies de su dueño cuando este vaya sentado o permanecerá a su lado si su dueño va de pie.
PERSONAS CON DISCAPACIDAD AUDITIVA (SORDERA)

Muchas personas sordas no hablan porque no aprendieron, muchas hacen lectura labial y otras no.
  • El conductor debe saber dirigirse a este tipo de personas, captando su atención mediante un gesto o tocándola ligeramente el brazo. Ha de hablar de manera clara, pronunciando bien las palabras, pero sin exagerar. Hablará a una velocidad normal, a no ser que la persona sorda le pida que hable más despacio.
  • Asimismo, empleará un tono normal de voz, siempre y cuando no le pidan que hable más alto.
  • Ha de dirigirse directamente a la persona sorda, no a su acompañante o intérprete. La boca del conductor ha de ser bien visible, si hace gestos o tiene algo delante de la boca no será posible que la persona sorda lea sus labios. El conductor tratará de que su cara se encuentre iluminada, evitando, por ejemplo, estar a contra luz.
  • Si el conductor conoce algún lenguaje de señas es el momento adecuado de emplearlo.
  • Las expresiones faciales, los gestos y los movimientos del cuerpo ayudarán a que la persona con discapacidad auditiva entienda mejor lo que le quieren decir.
  • El conductor debe mantener siempre el contacto visual mientras se mantenga la comunicación. Si desvía la mirada, la persona sorda puede creer que finalizó la conversación.
  • Si no entendemos lo que tratan de decirnos, pediremos que nos lo repitan. Y si fuera necesario, haremos uso de tarjetas escritas.
  • Aunque la persona sorda esté acompañada de un intérprete, hemos de dirigirnos a ella, no al intérprete.
PERSONAS CON PROBLEMAS DE MOVILIDAD REDUCIDA

Al igual que con las personas ciegas, hemos de dirigirnos al sujeto que presenta problemas de movilidad, no a su acompañante. Cuando le hablemos a una persona que usa silla de ruedas, lo más adecuado es sentarnos para que nuestros ojos estén al mismo nivel.
  • La silla de ruedas, los bastones, las muletas o cualquier otro sistema de ayuda para poder desplazarse forman parte de la persona, por lo que se ha de ser muy respetuoso con ellos y nunca se deben alejar de sus propietarios.
  • No se debe mover la silla de ruedas sin haber pedido antes permiso a la persona que la ocupa. Cuando se empuje hay que hacerlo con cuidado, y prestar atención a los que andan por delante, no se les vaya a atropellar.
  • Para salvar distintos desniveles se inclina la silla hacia atrás, levantando las ruedas de delante y se apoyan sobre la elevación. Para bajar escalones es preferible hacerlo marcha atrás, siempre apoyando para que el descenso no produzca un fuerte impacto.
  • Si se necesitara ascender o descender más de un escalón, ya sería precisa la ayuda de otra persona.
  • Si acompañamos a una persona con movilidad reducida que se ayuda de muletas o bastones, por lo tanto, que anda despacio, hemos de procurar ir a su ritmo.
  • Si ofrecemos ayuda y esta es aceptada, se ha de preguntar cómo se ha de hacer. En caso de que una persona con movilidad reducida caiga al suelo, hemos de ofrecer ayuda inmediatamente, pero siempre preguntando antes como hemos de actuar.
  • El conductor debe estar preparado y saber comportarse de forma adecuada en cada una de las distintas situaciones que se puedan presentar con pasajeros que tengan problemas de movilidad.
  • Estará pendiente de que ocupen sus asientos de forma correcta, y si previamente, han existido reservas, estará preparado para proceder con antelación, teniendo preparado, por ejemplo, el elevador.
  • Esperará a que estén sentados para iniciar la marcha, evitando de esta forma, posibles caídas.
El conductor deberá cerciorarse que la silla de ruedas ocupa el lugar indicado y se encuentra sujeta de forma adecuada con los cinturones de seguridad correspondientes.

Es importante que también exista una barra de seguridad abatible, ya sea lateral o frontal, según el caso, que impida el desplazamiento de la silla debido a la inercia del vehículo en las curvas, al frenar, etc. Esta barra siempre funcionará como complemento del cinturón de seguridad.
Sistema para evitar movimientos de la silla.

Por último, el conductor debe estar al tanto de la parada donde bajarán estos usuarios, pudiendo, de esta forma, disponer el uso de la rampa o del arrodillamiento lateral.

PERSONAS CON DISCAPACIDADES RELACIONADAS CON EL HABLA

Hay personas con parálisis cerebral que, además de tener problemas de movilidad (dificultades para caminar, movimientos involuntarios con piernas y brazos), presentan también dificultades para hablar.
Si un conductor tiene un pasajero de estas características y no entendiera lo que le está diciendo, no debe tener temor de pedirle que lo repita. Ha de tener presente que estas personas son más lentas para todo, andar, coger cosas, hablar, etc. Hay que tener paciencia para oirlo, y poder entenderle.

PERSONAS CON DISCAPACIDAD MENTAL

El conductor debe actuar de forma natural al dirigirse a ellas, simplemente, tratándolas con respeto y educación.
Los casos más habituales van a ser pasajeros con Síndrome de Down, pasajeros con retrasos madurativos, con retrasos mentales leves y moderados y personas que padezcan algún tipo de demencia.

La mayoría de estos usuarios se aprenden los trayectos que deben realizar de memoria, para así poder realizar sus viajes sin mayor dificultad, pero en ocasiones se pueden presentar pequeños problemas, tales como despistarse en un momento dado y no saber como continuar con el trayecto inicial o sentirse perdido si se debe realizar algún intercambio o trasbordo de vehículos.

El conductor debe ofrecer su ayuda si les ve en una situación comprometida, y si se la aceptan, colaborar en lo que le permita el correcto desarrollo de su trabajo. Se asegurará de que entienden sus explicaciones. Una vez que las personas con algún tipo de discapacidad han accedido al vehículo, el conductor les deberá facilitar todo lo relacionado con la compra del billete, y proporcionarles toda la información necesaria acerca de la parada que van a solicitar, anunciándosela en voz alta si fuese necesario.

Ya subidos en el autobús los pasajeros, el conductor deberá tener especial cuidado en el momento de poner en marcha el vehículo. Esperará a que los pasajeros se encuentren sentados, y en caso de tener usuarios con algún tipo de discapacidad, estará pendiente de que ocupen sus asientos reservados, esperando a que estén adecuadamente colocados. Una vez comprobado que todos los pasajeros están perfectamente sentados, se iniciará la marcha.

El conductor debe poner especial cuidado en los momentos en los que ha de frenar, ya que si se realizan frenazos bruscos se corre el riesgo de que aquellos usuarios que vayan de pie puedan caerse al suelo, incluso los pasajeros que van sentados pueden caerse, (pensad que hay asientos frente a escaleras y cosas así) pudiendo producirse diversas lesiones.

Asimismo, el conductor debe cumplir con la normativa, sobre todo en lo referente a los límites de velocidad.
En ocasiones, debido a varias circunstancias del propio tráfico, se encuentran con problemas para poder cumplir con los horarios por lo que en determinadas zonas de la vía podría acelerar, poniendo de esta forma en peligro a todos los usuarios de su vehículo.

CONFLICTOS ENTRE CONDUCCIÓN SEGURA Y OTRAS FUNCIONES PROPIAS DEL CONDUCTOR


En muchas empresas se señalan las funciones que los conductores deben de realizar antes, durante y después de cada recorrido o jornada laboral. Todas estas funciones no son incompatibles con la conducción segura, sino que deben complementarse. Ello es posible si, primero, se conoce el significado de conducción segura y, segundo, cómo se lleva a la práctica.
Una conduccíón segura es una conducción responsable, la que todos los conductores reberíamos perseguir en la medida de lo posible, poniendo todos los medios necesarios para llevarla a cabo.
La base se encuentra en la utilización de las técnicas de conducción preventiva, por las que el conductor es capaz de identificar y escoger con mayor dificultad la alternativa más segura, aplicando tres principios básicos:
  • Visión: Saber guiar la mirada para recoger toda la información necesaria.
  • Anticipación: Saber analizar a tiempo la información.
  • Espacio: Para poder actuar con seguridad ante cualquier imprevisto.

En el capítulo sobre accidentes se hablará más detenidamente sobre conducción preventiva. En este apartado se expone un resumen de las técnicas más importantes que debe seguir un conductor responsable:

  • Técnicas de visión. Nuestras limitaciones visuales se pueden compensar si observamos y rastreamos continuamente el entorno de la vía, tanto por delante, por los lados y por detrás. Para ello es imprescindible la correcta colocación de los espejos retrovisores.
  • Técnicas de anticipación. Necesaria en todas las acciones que se realizan como conductor del vehículo y fundamental en la prevención de accidentes. Se basa en tener tiempo suficiente para reaccionar. Aprendiendo a procesar la información proveniente del entorno, adaptando la velocidad y estando preparado para actuar, se consigue reducir el tiempo de reacción.
  • Técnicas de gestión del espacio. En la conducción se deben guardar unos espacios de seguridad alrededor del vehículo, que garanticen el suficiente tiempo de reacción en caso de necesidad.
En el caso de los conductores de transporte de viajeros por carretera, la seguridad y las funciones propias de su trabajo están relacionadas con:
  • El estado del vehículo, realizando un seguimiento constante.
  • Los usuarios, velando por su seguridad.(Utilización de los cinturones)
  • Cumplimiento de las condiciones del servicio.(No variar las rutas, ni precios, ni los horarios)
El ESTADO DEL VEHÍCULO

El conductor del vehículo debe cuidar que su mantenimiento sea adecuado, realizando antes de cada viaje, una revisión completa y eficaz.
Las comprobaciones que debe realizar comprenden tanto el exterior como el interior del vehículo:
  • Neumáticos: Comprobar al presión de inflado.(Muy importante para ahorrar y por seguridad)
  • Luces: Comprobar su buen funcionamiento, así como el estado y limpieza de cristales y tulipas.
  • Espejos: Verificando su reglaje, si están limpios y en buen estado. Un correcto ajuste de los espejos exteriores conlleva el que se pueda ver a través de ellos, como mínimo:
          -Una longitud de 30 metros desde donde esta situado el conductor.
          -Y una anchura de 5 metros a cada lado del autobús.
  • Lavaparabrisas y limpiaparabrisas: Comprobando el nivel del agua del depósito, si los surtidores u orificios de salida del chorro del agua están o no obstruidos y bien orientados y el estado y calidad del barrido del limpiaparabrisas.
  • Puertas: Tanto las de entrada y salida de pasajeros, la de emergencia y la del compartimento del equipaje. Hay que comprobar que no sufran daños y que funcionen correctamente.
Dentro del vehículo es importante asegurarse del buen estado de:
  • Los asientos: Tanto del conductor como de los viajeros, comprobando su correcta sujeción al autobús.
  • Escalones de entrada y salida, asegurando su buen estado para evitar posibles caídas.
  • Los pasillos: Debiendo estar despejados.
  • Dispositivos de señalización: De paradas y timbres de aviso al conductor.
  • Comprobación des estado de extintores, martillos rompecristales, así como el botiquín de primeros auxilios.
En todos los transportes de viajeros, el conductor se debe asegurar que el autobús este limpio tanto por fuera como por dentro, fundamentalmente por temas de higiene y salubridad, pero también por imagen.

SUBIDAS Y BAJADAS DE LOS PASAJEROS

En el transporte de viajeros, las subidas y bajadas de viajeros son un momento crítico por la cantidad de accidentes que producen, por lo que exige del conductor y, en su caso, del encargado, una especial atención y una actuación segura antes, durante y después de la parada.

1.-Aproximación a la parada.
 Es conveniente reducir al velocidad, porque los pasajeros comienzan a levantarse de su asiento y se desplazan dentro del autobús para situarse más cerca de la salida (Es una conducta que conlleva accidentes por caídas dentro del autobús). Además la detención se debe efectuar en los lugares reglamentarios, ya que al estar especialmente acondicionados son los más seguros. No hay que aprovechar detenciones u otro tipo de paradas para permitir la bajada y subida de viajeros, ya que puede producirse un atropello. Al acercarse a la parada, se debe observar continuamente por los espejos la situación del tráfico, posibles peatones en la calzada, y señalizar con el intermitente la maniobra.

2.-La parada 
se debe realizar sin movimientos bruscos (al igual que la arrancada), lo más cerca posible del borde derecho de la calzada. Antes de abrir las puertas el conductor se debe asegurar de que el autobús:
  • Esté correctamente situado. Hay que tener en cuenta que una de las zonas de mayor peligro para los viajeros se encuentra alrededor del autobús por la posibilidad de ser atropellados por otros vehículos o por el propio autobús.
El conductor debe controlar los movimientos que se produzcan, como mínimo, en una distancia de al menos 3 metros alrededor del vehículo. Por ello es especialmente importante realizar la parada correctamente y vigilar la bajada y la subida de los viajeros, no iniciando la marcha, hasta que todos los pasajeros hayan llegado a una zona segura.
  • Esté totalmente detenido. De esta forma, se previene posibles caídas de los viajeros al bajar o subir al autobús.
Los pasajeros bajarán por las puertas central y trasera,
no debiendo utilizar la puerta delantera. Sólo aquellas personas con movilidad reducida que soliciten al conductor podrán utilizar la puerta delantera para abandonar el autobús.

3.-Incorporación a la circulación. Se debe realizar una vez se haya comprobado que:
  • Los pasajeros se encuentran seguros dentro del autobús.
  • Las puertas están cerradas.
El conductor, antes de realizar la maniobra debe:
  • Cerciorarse previamente de que puede incorporarse a la circulación sin poner en peligro a los demás usuarios. La obligación que tienen los demás conductores de facilitar la incorporación a los vehículos de transporte colectivo de viajeros, no modifica la obligación que tienen los conductores de autobuses de adoptar las precauciones necesarias para evitar todo riesgo de accidente.
  • Advertir por medio de los indicadores de dirección, el propósito de reanudar la marcha.
FUNCIONES DEL CONDUCTOR E INTERACCIÓN CON LOS PASAJEROS

Los conductores del autobús en el cumplimiento de sus funciones, interaccionan con los pasajeros de forma directa: contestando a las preguntas sobre el horario o las rutas que puedan hacerle los pasajeros, realizar la venta de billetes y, a veces, tendrá que anunciar paradas.

Toda interacción que se dé con los pasajeros puede y debe darse en condiciones de total seguridad. Por ejemplo, cualquier petición de información sobre el viaje, puede realizarse durante las paradas, no distrayendo al conductor.

Cuando un transporte tiene carácter público, pueden utilizarlo todas aquellas personas que lo deseen, siempre que cumplan las siguientes condiciones necesarias para garantizar una mínima seguridad:

1.-Que no se sobrepase las plazas ofrecidas. En general el número de personas no puede ser superior al de las plazas que el vehículo tenga autorizadas. Los niños menores de dos años no cuentan en el cómputo de las plazas ya que van a cargo de un adulto y ellos no ocupan plaza.

2.-Que el pasajero abone el precio establecido para el servicio.

3.-Que el pasajero reúna las condiciones mínimas de sanidad, salubridad e higiene necesaria, para evitar cualquier riesgo o incomodidad para los restantes usuarios. De acuerdo a esta condición y de las señaladas en casa empresa, el conductor o el encargado puede pedir a un viajero que abandone el vehículo si percibe una falta de aseo o un estado de embriaguez que llegue a molestar o pueda ocasionar situaciones de conflicto con los restantes usuarios del transporte.

4.- Que no porten objetos que por su volumen, composición u otras causas supongan peligro o incomodidad para los viajeros o el vehículo.

a) Si el autobús realiza trayectos urbanos o iterurbanos de corto recorrido no tienen porque tener un comportamiento acondicionado para el equipaje de los viajeros. En estos casos puede suceder que el conductor prohíba el acceso a una persona que porta un carrito de la compra o una maleta voluminosa, si piensa que puede suponer un peligro para los demás viajeros (por ejemplo, que pueda hacerles tropezar).

b) Si el autobús es interurbano de largo recorrido debe disponer de un comportamiento para la colocación del equipaje de los viajeros. El conductor tiene que controlar la disposición del equipaje, asegurándose que no se desplacen durante el trayecto y puedan ocasionar daños.

En ninguno de los casos se puede permitir que un pasajero deje su equipaje cerca de las puertas de entrada y salida o en los pasillos, de tal forma que dificulte a los pasajeros acceder o abandonar el vehículo o pueda producir caídas. Tampoco pueden obstaculizar salidas de emergencia, ni entorpecer los movimientos del conductor.

Ningún pasajero puede portar materias ni objetos peligrosos. Tampoco pueden llevar consigo cualquier animal, salvo que exista un lugar destinado para su transporte. Se exceptúan a los perros-guía que acompañan a los invidentes. Que no se alteren las normas elementales de educación y convivencia. Por ejemplo, ningún pasajero, ni el conductor, puede fumar dentro del vehículo.

El conductor y, en su caso, el encargado, deben velar para que se cumplan estas normas. Además también debe mostrar especial atención con las personas que, por su edad o condiciones físicas, tengan una movilidad reducida asegurando que los asientos reservados para ellos no los utilicen otras personas que no tengan necesidad.

El conductor y el encargado deben prohibir la entrada y ordenar la salida a los viajeros que incumplan estas condiciones. En algunas ocasiones pueden encontrarse con problemas con algún pasajero que por su conducta, por ejemplo, debido a un evidente estado de embriaguez, o porque esté molestando a los demás viajeros, se le deba "invitar" a que abandone el autobús.

Si el problema surge durante el trayecto, el conductor deberá detener el vehículo en un lugar seguro y comunicar a la empresa la detención del autobús y el problema que lo ha provocado. A continuación se dirigirá a la persona que esté ocasionando molestias o peligro, sin olvidar unas sencillas reglas:
  • Dirigirse a la persona de modo educado, pero demostrando firmeza.
  • No perder en ningún momento la calma.
  • Acompañar al pasajero hasta la salida. Controlando que abandona el autobús.
  • Si el conductor piensa, por el comportamiento del pasajero, que puede ponerse agresivo, deberá avisar a los agentes de la autoridad, para que sean ellos los que tomen las medidas necesarias.
Si hablamos de seguridad y de las funciones que, al respecto, tiene el conductor del vehículo, no podemos olvidarnos de los cinturones de seguridad. En el transporte colectivo de viajeros se debe informar a los pasajeros de la obligación de usar el cinturón de seguridad si el autobús los incorpora. Esta información se puede transmitir por el conductor, por la persona encargada del grupo, utilizando medios audiovisuales o mediante letreros, etc.
Si un pasajero tiene menos de 12 años, no podrá viajar en los asientos delanteros, a no ser que utilice un dispositivo de seguridad homologado para su edad. Sólo cuando el niño tenga una estatura igual o superior a 135 cm, y de forma excepcional, podrá viajar utilizando el cinturón de seguridad para adultos.

jueves, 27 de junio de 2013

LUGAR EN LA VÍA, SENTIDO DE LA CIRCULACIÓN

Como norma general los vehículos circularán por la derecha y lo más cerca posible del borde de la calzada, manteniendo la separación lateral suficiente para realizar el cruce con seguridad.
Muy especialmente circularán de este modo en curvas y cambios de rasante de visibilidad reducida. En estos supuestos los conductores debe dejar completamente libre la mitad de la calzada que corresponda al sentido  
contrario, aún cuando no exista señalización expresa que delimite los sentidos y con la excepción de los supuestos de rebasamientos.

UTILIZACIÓN DE LAS VÍAS, CALZADAS Y CARRILES

DIRECCIÓN Y SENTIDO

Las vías pueden tener una o varias calzadas. Cada calzada puede tener uno o varios carriles. Las calzadas pueden ser utilizadas en uno o dos sentidos de circulación por los vehículos.
Dirección dentro del lenguaje de las normas de circulación, es un concepto estático, al margen del movimiento de los vehículos. Una línea define una dirección. Por tanto todas las vías y calzadas son de dirección única.

Sin embargo, sentido, es un concepto dinámico, depende de que los vehículos puedan desplazarse con una sola orientación, o también en la opuesta. Así decimos que son de sentido único o de doble sentido.


NORMAS DE SEGURIDAD P.V.O.

Para circular normalmente con seguridad, aún cuando no se realicen maniobras, los conductores deben tener en cuenta la regla de seguridad, conocida como P.V.O.:
P: Guardar adecuada Posición respecto de los que nos sigan, precedan, vayan a cruzarse o marchen en paralelo.
V: Adaptar permanentemente la Velocidad  a las circunstancias.
O: Observar también permanentemente, sin bajar la guardia en nuestra atención, todas las circunstancias, para prevenir y anticipar nuestros comportamientos.

CIRCULACIÓN NORMAL ("PROGRESIÓN NORMAL")

Un vehículo se encuentra en "circulación normal" o "progresión normal" si está dentro de la corriente circulatoria sin alterar su posición de forma no esperada, es decir, adaptándose en cada instante a las circunstancias del tráfico, de la vía y de las señales, haciendo aquello que los demás usuarios esperan que haga, sin sorprenderles.

LUGAR EN LA VÍA. SENTIDO DE LA CIRCULACIÓN

Como norma general los vehículos circularán:
  • Por la derecha.
  • Lo más cerca posible del borde de la calzada.
  • Manteniendo la separación lateral suficiente para realizar el cruce con seguridad.
Muy especialmente circularán de este modo en curvas y cambios de rasante de visibilidad reducida.
En estos supuestos, los conductores deben dejar completamente libre la mitad de la calzada que corresponda al sentido contrario, aún cuando no exista señalización expresa que delimite los sentidos y con la excepción de los supuestos de rebasamientos que figuran más adelante.

USO DE LA CALZADA Y EL ARCÉN

Circularán por la calzada los conductores de:
  • Todos los automóviles.
  • Los vehículos especiales con M.M.A superior a 3.500 kg.
CIRCULARAN POR EL ARCÉN DERECHO
En el caso de que no exista vía o parte de la misma que les esté especialmente destinada, si fuera transitable y suficiente, y, si no lo fuera, utilizarán la parte imprescindible de la calzada los conductores de:
  • Vehículos de tracción animal.
  • Vehículos especiales con M.M.A no superior a 3.500 kg.
  • Ciclos y ciclomotores.
  • Vehículos para personas de movilidad reducida (Coches de minusválidos).
  • Vehículos en seguimiento de ciclistas.
También circularán por el arcén derecho cuando por razón de emergencia lo hagan a velocidad anormalmente reducida, perturbando con ello gravemente la circulación, los conductores de vehículos cuya MMA no exceda de 3.500 kg.

BICICLETAS

En los descensos prolongados con curvas, cuando razones de seguridad lo permitan, los conductores de bicicletas podrán abandonar el arcén y circular por la parte derecha de la calzada que necesiten.

Circulación en paralelo
Se prohíbe que los vehículos obligados a circular por el arcén, circulen en posición paralela, salvo las bicicletas que podrán hacerlo en columna de a dos, orillándose todo lo posible al extremo derecho de la vía y colocándose en hilera en tramos sin visibilidad, y cuando formen aglomeraciones de tráfico. Además  tienen prohibido usar la calzada, si se dispone de arcén transitable o practicable, pudiéndose sancionar, si se hace un uso indebido.

En las autovías sólo podrán circular por el arcén, sin invadir la calzada en ningún caso.

CICLOMOTORES

Circulación en paralelo

Excepcionalmente, cuando el arcén sea transitable y suficiente, los ciclomotores podrán circular en columna de a dos por éste, sin invadir la calzada en ningún caso y respetando la distancia de separación mínima exigible.

Circular por emergencia, no es inmovilizar por emergencia.

No debemos confundir, circular por emergencia, que solamente se permite por el arcén derecho, en los casos y condiciones citados, con "inmovilización por emergencia", que dependerá de la causa que la provoque y de las posibilidades disponibles.

UTILIZACIÓN DE LOS CARRILES

NORMAS COMUNES EN POBLADO Y FUERA DE POBLADO
Calzadas con doble sentido de circulación y dos carriles

Los conductores de vehículos obligados a circular normalmente por la calzada, en este supuesto, circularán por el carril derecho, esté o no, separado por marcas viales.

Calzadas con doble sentido de circulación y tres carriles separados por marcas longitudinales discontínuas.


Se circulará también por el carril de la derecha y, en ningún caso, por el situado más a la izquierda.

En estas calzadas, el carril central tan sólo se utilizará para efectuar los adelantamientos precisos y para cambiar de dirección hacia la izquierda.
No puede utilizarse para cambiar de sentido. Tiene prioridad en su uso el primero que lo ocupe.

NORMAS ESPECÍFICAS FUERA DE POBLADO
Calzadas con dos carriles para el mismo sentido de la marcha

Se circulará normalmente por el situado más a su derecha, si bien, se podrá utilizar el izquierdo del mismo sentido cuando las circunstancias del tráfico o de la vía lo aconseje, con la condición de que no entorpezca la marcha de otro vehículo que le siga.

Calzadas con tres o más carriles para el mismo sentido de la marcha

Con carácter general los carriles se utilizarán del mismo modo que en el caso anterior, siendo válido para el tercero y sucesivos carriles lo dicho para el segundo del mismo sentido. Es decir, normalmente se circulará por el más a la derecha, pero se podrá utilizar el resto de los de dicho sentido cuando las circunstancias del tráfico o de la vía lo aconsejen, a condición de que no se entorpezca la marcha de otro vehículo que le siga.

No obstante, tienen prohibida la utilización del tercero y sucesivos carriles los conductores de:
  • Camiones (incluidos furgones) con M.M.A. superior a 3.500 kg.
  • Vehículos especiales con M.M.A. superior a 3.500 kg.
  • Conjunto de vehículos de más de 7 metros de longitud.
NORMAS ESPECÍFICAS DENTRO DE POBLADO
Calzadas con más de un carril reservado para el mismo sentido de la marcha

Se circulará normalmente por el situado más a su derecha, si bien, se podrá utilizar el izquierdo del mismo sentido cuando las circunstancias del tráfico o de la vía lo aconsejen, con la condición de que no entorpezca la marcha de otro vehículo que le sigas.

Calzadas con tres o más carriles para el mismo sentido de la marcha

Con carácter general los carriles se utilizarán del mismo modo que en el caso anterior, siendo válido para el tercero y sucesivos carriles lo dicho para el segundo del mismo sentido. Es decir, normalmente se circulará por el más a la derecha, pero se podrá utilizar el resto de los de dicho sentido cuando las circunstancias del tráfico o de la vía lo aconsejen, a condición de que no se entorpezca la marcha de otro vehículo que le siga.

No obstante, tienen prohibida la utilización del tercero y sucesivos carriles los conductores de:
  • Camiones (incluidos furgones) con M.M.A superior a 3.500 kg.
  • Vehículos especiales con M.M.A. superior a 3.500 kg.
  • Conjunto de vehículos de más de 7 metros de longitud.
NORMAS ESPECÍFICAS DENTRO DE POBLADO

Calzadas con más de un carril reservado para el mismo sentido de la marcha

Cuando se circule por calzadas de poblados con al menos dos carriles reservados para el mismo sentido, delimitados por marcas longitudinales, excepto si se trata de autopistas o autovías, el conductor de un automóvil, o un vehículo especial, podrá utilizar el que mejor convenga a su destino (no cualquiera de modo arbitrario), siempre que no sea un obstáculo a la circulación de los demás vehículos, y no deberá abandonarlo más que para prepararse a cambiar de dirección, adelantar, parar o estacionar.
Normalmente, el que más convenga será aquél que exija un menor número de desplazamientos laterales.

CÓMPUTO DE CARRILES

Para el cómputo de carriles, a efectos de estas normas de utilización no se tendrán en cuenta los reservados a determinados vehículos o a ciertas maniobras de acuerdo con lo que indiquen las señales correspondientes (carriles de entrada, salida, espera, etc).

SUPUESTOS ESPECIALES DEL SENTIDO DE LA CIRCULACIÓN

Cuando razones de seguridad o fluidez de la circulación lo aconsejen, podrá ordenarse por la Autoridad competente otro sentido de circulación, la prohibición total o parcial de acceso a partes de la vía, bien con carácter general o para determinados vehículos o usuarios, el cierre de determinadas vías, el seguimiento obligatorio de itinerarios concretos, o la utilización de arcenes o carriles en sentido opuesto al normalmente previsto.
Para evitar entorpecimiento a la circulación y garantizar la fluidez de la misma, se podrán imponer restricciones o limitaciones a determinados vehículos y para vías concretas, que serán obligatorias para los usuarios afectados.

El cierre a la circulación de una vía objeto de la legislación sobre tráfico, circulación de vehículos a motor y seguridad vial sólo se realizará con carácter excepcional y deberá ser expresamente autorizado por el organismo autónomo Jefatura Central de Tráfico o, en su caso, por la autoridad autonómica o local responsable de la regulación del tráfico, salvo que esté motivada por deficiencias físicas de la infraestructura o por  la realización de obras de ésta; en tal caso la autorización corresponderá al titular de la vía, y deberá contemplarse, siempre que sea posible, la habilitación de un itinerario alternativo y su señalización.

El cierre y la apertura al tráfico habrá de ser ejecutado, en todo caso, por los agentes de la autoridad responsable de la vigilacia y disciplina del tráfico o del personal dependiente del organismo titular de la vía responsable de la explotación de ésta.

La autoridades competentes a que se ha hecho referencia para autorizar el cierre a la circulación de una carretera comunicarán los cierres que hayan acordado.

LIMITACIONES A LA CIRCULACIÓN

Se podrán establecer limitaciones de circulación, temporales o permanentes, en las vías objeto de la legislación sobre el tráfico, circulación de vehículos a motor y seguridad vial, cuando así lo exijan las condiciones o seguridad o fluidez de la circulación.

En determinados itinerarios, o en partes o tramos de ellos comprendidos dentro de las vías públicas interurbanas, así como en tramos, urbanos, incluso travesías, se podrán establecer restricciones temporales o permanentes a la circulación de camiones con masa máxima autorizada superior a 3.500 kg, furgones, conjunto de vehículos, vehículos articulados y vehículos especiales, así como a vehículos en general que no alcancen o no les esté permitido alcanzar la velocidad mínima que pudiera fijarse, cuando por razón de festividades, vacaciones estacionales o desplazamientos masivos de vehículos, se prevean elevadas intensidades de tráfico, cuando las condiciones en que ordinariamente se desarrolle aquél lo hagan necesario o conveniente.
Asimismo, por razones de seguridad podrán establecerse restricciones temporales o permanentes a la circulación de vehículos en los que su propia peligrosidad o la de su carga aconsejen su alejamiento de núcleos urbanos, de zonas ambientales sensibles o de tramos singulares como puentes o túneles, o su tránsito fuera de horas de gran intensidad de circulación.

INFRAESTRUCTURAS ESPECÍFICAS

CARRILES VAO

Son carriles especialmente reservados o habilitados para la circulación de vehículos de alta ocupación.
¿Qué es un vehículo V.A.O.? Automóvil destinado exclusivamente al transporte de personas, cuya masa máxima autorizada no exceda de 3.500 kg., que esté ocupado por el número de personas que para cada tramo de la red viaria, en lo que funcionarán estos carriles, se fije.

Pueden circular por estos carriles:
  • Motocicletas, turismos y vehículos mixtos adaptables que cumplan las condiciones de ocupación fijadas para el tramo (son vehículos V.A.O.).
También podrán circular por estos carriles:
  • Motos, turismos y mixtos que porten la señal V-15 (Minusválido) aunque lo ocupe sólo el conductor.
  • Autobuses con M.M.A superior a 3.500 kg. y autobuses articulados, cualquiera que sea el número de ocupantes, siempre que así se indique en la relación de tramos que se publique.
  • Vehículos prioritarios en servicio de urgencia, así como los equipos de mantenimiento de las instalaciones y de la infraestructura de la vía.
Tienen prohibida su circulación en estos carriles:
  • Resto de vehículos y conjunto de vehículos, incluidos los turismos con remolque.
  • Y también peatones, ciclos, ciclomotores, vehículos de tracción animal y animales.
CARRILES REVERSIBLES

En las calzadas con doble sentido de la circulación, cuando las marcas longitudinales dobles discontinuas delimiten un carril por ambos lados, indican que éste es reversible, es decir, que en este carril, la circulación puede estar regulada en uno o en otro sentido, mediante semáforos de carril u otros medios.

Los conductores que circulen por dicho carril deberán llevar encendida, al menos, la luz de corto alcance o de cruce, en sus vehículos, tanto de día como de noche.
La circulación por estos carriles, no tiene limitación específica de usuarios ni está sometida a límites especiales de velocidad.

CARRILES DE UTILIZACIÓN EN SENTIDO CONTRARIO AL HABITUAL

La Autoridad encargada de la regulación del tráfico podrá habilitar, por razones de fluidez de la circulación, carriles para utilización en sentido contrario al habitual, cuando las calzadas dispongan de más de un carril de circulación en cada sentido de marcha, señalizándolo con dispositivos de balizamiento (conos o puntos de luz amarilla).
La utilización de estos carriles está limitada solo a motocicletas y turismos.
Tienen prohibida su circulación por este carril el resto de vehículos, incluidos los turismos con remolque.
Los usuarios de este tipo de carriles circularán con:
  • Luz de corto alcance o de cruce, al menos, encendida tanto de día como de noche.
  • A una velocidad máxima de 80 km/h. y una mínima de 60 km/h., o inferiores si así estuviera establecido o específicamente señalizado.
  • No podrán desplazarse lateralmente invadiendo el carril o carriles destinados al sentido normal de la circulación, ni siquiera para adelantar.
UTILIZACIÓN DE CARRILES CONTIGUOS

Los conductores de vehículos que circulen por carriles destinados al sentido normal de circulación, contiguos al habilitado para circulación en sentido contrario al habitual:
  • No podrán desplazarse lateralmente invadiendo los habilitados para circular en sentido contrario.
  • Luz de corto alzance o de cruce, al menos, encendida tanto de día como de noche (cualquiera que sea el número de carriles).
  • Si disponen de un solo carril en su sentido de circulación, lo harán a una velocidad máxima de 80 km/h. y una mínima de 60 km/h., o inferiores si así estuviese establecido o específicamente señalizado.
  • También podrán especial cuidado en evitar alterar los elementos de balizamiento permanente o móviles.
CARRILES EN SENTIDO CONTRARIO AL HABITUAL POR REALIZACIÓN DE TRABAJOS

Cuando la realización de trabajos en la calzada lo haga necesario, se podrán habilitar carriles para utilización en sentido contrario al habitual, en cuyo caso podrán circular por dichos carriles todos los tipos de vehículos que estén autorizados a circular por la vía en obras, salvo prohibición expresa.

La excepción en este caso, es solamente en lo referente a los usuarios, pero se aplican igualmente las normas especiales referidas a velocidad y luz de corto alcance.

CARRILES ADICIONALES CIRCUNSTANCIALES

En las calzadas con doble sentido de la circulación y arcenes, cuando la anchura de la plataforma lo permita, se podrá habilitar un carril adicional de circulación en uno de los sentidos de la marcha, mediante la utilización de elementos provisionales de señalización y balizamiento, que modifiquen la zona de rodadura de los vehículos en el centro de la calzada.

La habilitación de este carril adicional de circulación supone, mediante el uso de ambos arcenes, el disponer de dos carriles en un sentido de la circulación y de uno en el otro sentido de la circulación.

Normas específicas

Los vehículos que circulen por los arcenes y por dicho carril adicional lo harán:
  • A una velocidad máxima de 80 km/h. y a una mínima de 60 km/h., o inferiores si así estuviera establecido o especificamente señalizado.
  • Deberán utilizar al menos el alumbrado de corto alcance o de cruce, tanto de día como de noche.
CARRILES RESERVADOS PARA EL TRÁFICO EN FUNCIÓN DE LA VELOCIDAD SEÑALIZADA

Estas señales indican que el carril sobre el que está situada la señal de velocidad mínima sólo puede ser utilizado por los vehículos que circulen a velocidad igual o superior a la indicada, aunque si las circunstancias lo permiten deben circular por el carril de la derecha.

CARRILES RESERVADOS PARA AUTOBUSES

La línea que los separa de los restantes carriles puede ser continua o discontinua. La mención "taxi" autoriza también a los taxis la utilización de este carril. Indica la prohibición, a los conductores de los vehículos que no sean de transporte colectivo, de circular por el carril indicado.
En los tramos en que la marca blanca longitudinal esté constituida, en el lado exterior de este carril, por una línea discontinua, se permite su utilización general, exclusivamente para realizar alguna maniobra que no sea la de parar, estacionar, cambiar de sentido de la marcha o adelantar, dejando siempre preferencia a los autobuses y, en su caso, a los taxis.

CARRILES RESERVADOS A CIERTAS MANIOBRAS

Carril de aceleración

Es un carril auxiliar destinado a su utilización por los vehículos procedentes de una vía, calzada o carril, para que se incorporen a otra de circulación rápida, con el fin de que puedan alcanzar una velocidad similar a la de los que circulen por ella, facilitándoles así la entrada.

Carril deceleración

Es un carril auxiliar destinado a su utilización por los vehículos que vayan a abandonar una vía, calzada o carril de circulación rápida con objeto de que puedan reducir su velocidad facilitándoles la salida sin perturbar la circulación de los vehículos que continúen en ella.

Carril de espera

Carril auxiliar en el centro de calzadas de doble sentido para girar sin entorpecer a los vehículos que circulen en sentido opuesto.

Carril trenzado

Si dos vehículos llegan aproximadamente a la vez, debe ceder el paso el que trata de entrar en la vía de circulación más rápida, y a continuación, unos y otros, con este criterio, se "irán trenzando".

DISCIPLINA DE CARRIL

Una buena disciplina de carril supone:
  • Utilizar en cada caso el carril que proceda, circulando bien centrado en el carril si hay más de uno en el mismo sentido, y si no, circularemos junto al borde derecho.
  • Cambiar de carril sólo en los casos justificados.
  • Anticiparnos en la elección del carril más adecuado.
Asimismo debemos evitar "maniobras de lujo", es decir, aquellas no necesarias para nuestro camino, realizando sólo aquellos desplazamientos laterales que estén plenamente justificados.

NORMAS ESPECÍFICAS DE CIRCULACIÓN EN AUTOPISTAS Y AUTOVÍAS

Vehículos que tienen prohibido circular por autopistas y autovías
  • Vehículos de tracción animal.
  • Ciclos.
  • Ciclomotores.
  • Vehículos para personas de movilidad reducida (coches de minusválido).
No obstante, los conductores de bicicletas mayores de 14 años, podrán circular por los arcenes de autovías, salvo que por razones de seguridad vial, se prohíba mediante la señalización correspondiente. Dicha prohibición se complementará con un panel que informe del itinerario alternativo.

Circulación por razones de emergencia

Todo conductor que, por razones de emergencia, se vea obligado a circular con su vehículo por una autopista o autovía a velocidad anormalmente reducida, deberá abandonarla por la primera salida.

Circulación de vehículos especiales

Los vehículos especiales o en régimen de transporte especial que excedan de las masas o dimensiones establecidas para los vehículos, podrán circular, excepcionalmente, por autopistas y autovías cuando así se indique en la autorización complementaria de la que deben ir provistos.
Si no exceden en masa ni dimensiones y pueden desarrollar una velocidad superior a 60 km/h. en llano y cumplen las condiciones que señala la reglamentación de vehículos si pueden circular por autopista y autovía.

REFUGIOS, ISLETAS O DISPOSITIVOS DE GUÍA O ANÁLOGOS

Cuando en la vía existan refugios, isletas o dispositivos de guía, se circulará por la parte de la calzada que quede a la derecha de los mismos, en el sentido de la marcha, salvo cuando estén situados en una vía de sentido único o dentro de la parte correspondiente a un solo sentido de circulación, en cuyo caso podrá hacerse por cualquiera de los dos lados.

PLAZAS Y GLORIETAS

Una glorieta es una vía en forma de anillo distinta a las vías de entrada o salida.
En las plazas , glorietas y encuentros de vías harán a veces aconsejable circular por el segundo carril o por el tercer carril, incluso acceder directamente a él, en función de las circunstancias y de la trayectoria prevista en la vía circular o anular. La salida la haremos desde el carril derecho y en todo caso sin cortar la trayectoria de otros vehículos, cediendo el paso cuando nos cambiemos de carril.
No es incorrecto entrar al segundo carril, si lo es salir desde él cortando la trayectoria de los que circulan por él más a la derecha.

Cuando entremos en las glorietas lo haremos señalizando con el indicador derecho. Una vez dentro, circularemos por sus carriles sin necesidad de señalizar, a no ser que nos cambiemos de carril. Y cuando vayamos a salir, volveremos a señalizar con el indicador derecho.

DIVISIÓN DE LAS VÍAS EN CALZADAS, UTILIZACIÓN

Dos calzadas

Los vehículos deben utilizar la calzada de la derecha.

Tres calzadas

Donde la calzada central podrá estar destinada a la circulación en los dos sentidos o a un sentido único, y las  laterales para la circulación en un sólo, sin perjucio de que la autoridad correspondiente pueda establecer para estas últimas o para alguno de los carriles otro sentido de circulación que tendrá que estar señalizado convenientemente.

PUESTOS DE PEAJE

Al aproximarnos debemos observarlo anticipadamente, para ver que pasos están utilizables y situarnos en el carril que corresponda al tipo de vehículo que vayamos conduciendo.
Si existe un semáforo en rojo significa que ese puesto o control está cerrado al tráfico en ese momento, y que debemos situarnos en un puesto de control que tenga luz verde.

En los peajes dinámicos o telepeajes, lo vehículos que los utilicen, deberán estar provistos del medio técnico que posibilite su uso en condiciones operativas.


SUAVIDAD DE FRENADO

Frenar correctamente nuestro vehículo es quizás la parte más importante de todos los aspectos de la conducción porque puede ser la diferencia, ante una situación de emergencia, entre un desastre y un simple susto sin consecuencias. Lo peor es que mientras no tengamos problemas, frenar de cualquier manera puede funcionar, pero el día que tengamos un percance nos daremos cuenta, de la manera más dura, que realmente no sabíamos hacerlo bien. Tenemos que aprender a frenar con más precisión y con la técnica correcta para garantizar nuestra seguridad.

Existen varios aspectos que debemos garantizar para frenar de manera efectiva.

Las llantas deben estar en buen estado y los neumáticos con las presiones correctas, todos los componentes de los frenos, discos, tambores, pastillas, bandas, cables, mangueras, líquido de frenos, deben estar en perfecto estado y deben recibir su mantenimiento con regularidad, por personas capacitadas y talleres especializados.

Debemos estar completamente concentrados en el acto de conducir, conduciendo a la defensiva y anticipando, esto quiere decir, imaginarse lo peor. Se nos presentan a diario múltiples situaciones durante la conducción, así que anticipar, reducir la velocidad o frenar con precaución puede darnos los metros y las centésimas de segundo necesarios para tener el margen suficiente que garantice nuestra seguridad.

Mantener una adecuada distancia de seguridad con el vehículos que circula delante, permitirá en caso necesario frenar sin colisionar con dicho vehículo. (podemos tomar por ejemplo un punto fijo en la carretera tales como un poste una señal o cualquier otro objeto y contar desde el momento en que pasa el vehículo que nos precede 1001-1002-1003-1004, si al contabilizar la última cifra, el poste u objeto que hallamos cogido como referencia, está en la misma linea transversal imaginaria, será indicador de que llevamos la correcta separación de seguridad)

La distancia de seguridad debe ser como mínimo la distancia de reacción, aunque se aconseja duplicarla para corregir las posibles diferencias de distancias de frenado entre los vehículos.
La distancia de detención es la distancia que recorre el vehículo desde que se percibe la situación que provoca la necesidad de frenar hasta que dicho vehículo se detiene definitivamente. Es por tanto la suma de la distancia de reacción más la distancia de frenado.

Algunos conductores bien sea por desconocimiento o por exceso de confianza en sus capacidades de reacción, tienden a despreciar el tiempo de reacción. Pensemos que este tiempo para conductores con un estado físico y psíquico adecuado es de aproximadamente un segundo, por lo que a 100 km/h, se recorren unos 28 metros antes de que empiecen a actuar los frenos o se inicie una maniobra evasiva.

Se debe tener en cuenta que la capacidad de frenado de un vehículo está fundamentalmente en fución del estado del firme, del estado de los frenos, del estado de los neumáticos y de la velocidad de conducción.
El desarrollo de los sistemas de frenado se ha producido gracias a la universalización de los frenos de un disco y del ABS.

La mayoría de los conductores tienen escaso conocimiento de cómo actúa, cómo se detecta y en qué situaciones funciona el sistema antibloqueo de frenos.
Sin embargo, tienen claro que el sistema ABS se caracteriza por mantener la capacidad directriz del vehículo, pero todavía hay un pequeño grupo que aún mantiene la errónea y peligrosa creencia de que su principal ventaja es que permite apurar en las frenadas.

Es importante saber si los conductores deben reaccionar ante situaciones de emergencia aplicando el sistema antibloqueo de frenos ABS. Si el vehículo va dotado de ABS es fundamental aplicar la máxima presión al pedal de freno, y no frenar de manera intermitente utilizando el freno motor ni frenar con suavidad.

Las frenadas que se realizan con los frenos auxiliares son, por norma general, más graduales y suaves que las  llevadas a cabo por el freno de servicio.

Es importante que sepamos anticiparnos, tal y como ya hemos dicho, a las diferentes situaciones en las que tengamos que parar, girar, detenernos antes semáforos, etc, de esta forma nos anticipamos a la frenada.
En estas situaciones son importantes las técnicas de visión, como por ejemplo, mirar a lo lejos, hasta donde nos encontraremos dentro de 20 segundos.

En fundamental que adaptemos nuestra velocidad a las diferentes circunstancias de la vía. Debemos mantener nuestro nivel atencional para poder tomar las decisiones adecuadas en los momentos correspondientes.

No solamente debemos debemos mirar lo más lejos posible, sino también debemos controlar nuestro espacio trasero, vehículos que se aproximan por detrás (mirar por los retrovisores), y nuestro espacio lateral (mirar a los lados), vehículos que puedan incorporarse por provenir de caminos rurales, fincas, etc.

Debemos mirar por los retrovisores no sólo al maniobrar, sino constantemente. El conductor debe saber en todo momento lo que rodea a su vehículo. Por supuesto, hemos de mirar por los retrovisores antes de realizar cualquier maniobra pero, es fundamental, hacerlo antes de frenar.

Los retrovisores no nos ofrecen siempre toda la información con la que deberíamos contar, pro lo que será necesario girar la cabeza. En los desplazamientos laterales, ya sea un cambio de carril o circulando por una glorieta, debemos girar la cabeza para poder completar la información necesaria para poder realizar la maniobra sin riesgo.

Deberemos vigilar nuestro voladizo posterior en las entradas y salidas de las glorietas, de esta forma evitaremos chocar con aquellos vehículos que puedan estar muy próximos a nosotros. Habrá que estar muy atento a aquellos que quieran meterse por el espacio que se forma cuando nos tenemos que abrir para poder realizar el giro.

No debemos mantener el embrague pisado y no debemos poner marchas muy cortas.
Mantendremos, con respecto al vehículo que nos precede, una distancia de seguridad que nos permita poder reaccionar ante cualquier situación adversa, como por ejemplo, evitar una colisión si el vehículo de delante frena bruscamente.

También es aconsejable mantener esta distancia de seguridad cuando los vehículos que conducen delante de nosotros tienen unas dimensiones importantes, por lo que nos restan visibilidad.

TRABAJO DEL VOLADIZO
Giros cerrados

Cuando sea necesario realizar un giro cerrado será necesario: 
  • Lo más importante, señalizar de forma correcta el giro y abrirse hacia el lado contrario. Si es necesario, el conductor utilizará la mano para indicar que no tienen que adelantar al resto de los conductores.
  • Se debe vigilar la posible existencia de vehículos en la zona lateral trasera del nuestro para prevenir arroyarlos con el voladizo.
  • Debemos controlar que antes y durante la realización del giro no se nos cuele ningún vehículo por el espacio que dejamos al abrirnos.
  • Tener cuidados con los voladizos anterior y posterior en las aceras, no deben arroyar a los peatones ni al mobiliario urbano.
Si a lo largo del recorrido nos vemos obligados a dar marcha atrás, es fundamental señalizar la maniobra de forma adecuada, confirmando que ningún vehículo se encuentra en una zona donde no les podamos localizar, y una vez hechas estas comprobaciones empezaremos, muy despacio, a dar marcha atrás.
Es importante que estemos muy pendientes de todos aquellos posibles elementos que sobresalen de las fachadas de algunos edificios, tales como banderas, ornamentos, balcones, etc.

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