Al hablar de grupos de riesgo en tráfico estamos hablando de aquellos grupos de población que por ser especialmente vulnerables o por sus características tiene mayor posibilidad de estar implicados en un accidente de tráfico o de resultar heridos o muertos a causa del mismo.
Algunos de estos grupos se ven especialmente afectados por la inseguridad vial: los jóvenes de 15 a 29 años, los niños, los discapacitados, los ancianos en lo que respecta a los peatones y también como conductores, los ciclistas, los conductores de ciclomotor y motocicleta, es decir, los más proclives a sufrir un siniestro.
Nota: Los accidentes de tráfico son la principal causa de mortalidad en los jóvenes de los países desarrollados. Según diversos estudios, uno de cada dos muertos en los países industrializados, con edades comprendidas entre los 15 y los 35 años, fallece a causa de un accidente de circulación.
Los diferentes grupos de riesgo tienden a asociarse a determinados factores de riesgo (alcohol en el caso de jóvenes, fatiga en el caso de los mayores, etc.), pero hemos de destacar que los datos se toman en conjunto, es decir, analizándolos como colectivo. Por lo tanto, no debemos creer que todos y cada uno de los sujetos del grupo vaya a tener un accidente.
El grupo de mayor riesgo en términos absolutos lo constituyen los conductores de turismos y los siguen los acompañantes en los vehículos. A su vez existen tres colectivos de conductores con una mayor exposición al riesgo, dos de ellos por sus características psicofísicas (jóvenes entre 18 y 30 años y mayores a partir de los 65) y el tercero por su elevada exposición (conductores profesionales). Los grupos de mayor riesgo relativo a la hora de sufrir un accidente de circulación son los niños y los mayores como peatones, sobre todo en las ciudades, seguidos de los conductores de ciclomotores y motocicletas.
Con respecto al sexo, los hombres son los que tienen una mayor accidentalidad, 4 de cada 5 muertos y 3 de cada 4 heridos en accidente de tráfico son hombres, este dato condicionado también por que son el grupo con mayor acctividad laboral.
LOS CONDUCTORES JÓVENES
En España, la principal causa de mortalidad para las personas cuyas edades están entre los 15 y los 29 años son los accidentes de tráfico, produciendo el 35% de las víctimas mortales en los siniestros.
Diferentes estudios intentan explicarnos cuáles son las causas principales que dan lugar a los accidentes entre los conductores jóvenes, aunque también hemos de destacar que muchos de ellos conducen con total seguridad.
Las causas principales que propician estos accidentes son:
- Su inexperiencia en conducción.
- Falta de concienciación para respetar las normas de tráfico.
- Su gusto por la velocidad.
- Hay un mayor consumo de alcohol y drogas en estas edades.
- Y, por último, si sumamos todos estos puntos nos damos cuenta que se trata de un grupo que arriesga más cuando conduce.(asumen mayores riesgos con falta de experiencia)
También es importante destacar una serie de características psicológicas que definen a los jóvenes, tales como que:
- Son más competitivos, tienen una mayor necesidad de autoafirmación.
- Sobrevaloran su habilidad como conductores.
- Les gusta exibirse delante de su grupo de amistades, realizando maniobras de mayor riesgo.
- Les gusta competir con otros conductores, por lo que aceptan mayores riesgos cuando conducen.
Durante los dos primeros años después de la obtención del permiso los conductores van a mostrarse más inseguros pero transcurrido este tiempo se va a dar una mayor situación de riesgo porque creen tener más seguridad en la conducción, por lo que van a tender a arriesgar más.
Hay determinados factores que están presentes en los accidentes juveniles, y es importante tenerlos en cuenta:
- Falta de experiencia en la conducción. La mayoría de los conductores noveles no han contado con el tiempo suficiente para adquirir las habilidades necesarias para controlar de forma óptima del vehículo.
- Consumo de alcohol y drogas. Muy relacionados con los accidentes nocturnos y de fin de semana.
- Percepción del riesgo. Los conductores jóvenes perciben un menor riesgo durante la conducción (debido en gran parte a su falta de experiencia) y subestiman la posibilidad de tener un accidente. Además, como sobreestiman sus capacidades de conducción tienden a arriesgar más, teniendo una conducción más imprudente.
- Exposición al riesgo. Los conductores jóvenes conducen en períodos de mayor peligro para la conducción, por ejemplo las noches de los fines de semana, en un entorno festivo.
Los accidentes de los jóvenes se deben, en su mayoría, a unos determinados comportamientos:
- No respetar el semáforo en amarillo.
- Conducir tras el consumo de alcohol y drogas.
- Conducir a una determinada velocidad inadecuada, generalmente por exceso de velocidad.
- No mantener las distancias de seguridad respecto del vehículo que le precede.
- No detener el vehículo o no aminorar la marcha cuando se cruzan diferentes intersecciones.
- Cambiar con mucha asiduidad de carril.
Claves del accidente juvenil:
¿Qué días de la semana? Fines de semana, incluyendo jueves noche y víspera de festivo.
¿Durante qué meses? Verano y Navidad
¿A qué horas? Por la noche, de 6.00 a 9.00 de la mañana
¿En qué lugares? Poblaciones y sus alrededores
¿En qué carreteras? Carreteras secundarias, en desplazamientos cortos
En los países industrializados, y España es uno de ellos, los conductores mayores de 65 años se han incrementado de forma significativa en los últimos años.
La mejora en la calidad de vida de los mayores hace que la esperanza de vida aumente, y por tanto, si se vive más también se conduce durante más tiempo.
En términos absolutos los conductores mayores no sufren muchos accidentes, pero en función del número de kilómetros recorridos son conductores con un alto índice de accidentalidad, siendo una de las más altas de todos los tramos de edad. Debido al natural deterioro psicofísico que se produce cuando nos hacemos mayores, este es un grupo que experimenta un gran número de muertes por su peor recuperación. Aun así, es un grupo que se caracteriza por no arriesgar mucho, tienden a cumplir las normas y son más conscientes de sus limitaciones.
Como hemos mencionado anteriormente la pérdida de capacidades psicofísicas que conlleva el paso del tiempo para toda persona es el motivo principal para que se produzcan los siniestros en este grupo de conductores.
La pérdida de capacidades psicomotoras implica que se tarde más tiempo en percibir cualquier tipo de señal u obstáculo que se encuentre en la calzada, es decir, se produce un incremento del tiempo de reacción. El paso del tiempo también conlleva un deterioro de las capacidades mentales, lo cual nos impide interpretar, analizar y reaccionar de forma correcta ante las diferentes, y a veces complicadas situaciones que se pueden dar en el tráfico. Todo esto hace que los conductores mayores puedan tener mayores dificultades en aquellas situaciones que requieran respuestas rápidas o situaciones en las que hay mucha información, sobre todo en vías urbanas.
Con la edad se producen diferentes problemas físicos que dificultan una conducción más segura. El 90% de la información que es necesaria para la conducción es de carácter visual.
Entre los conductores mayores más del 30% presenta deterioros en la visión relacionados con el envejecimiento.
Entre los distintos problemas visuales que pueden llegar a producirse destaca el estrechamiento del campo visual que dificulta medir con precisión el movimiento de otros coches u objetos móviles en los extremos del campo de visión. Por la noche pueden agravarse los problemas para discriminar entre estímulos de diferente intensidad (agudeza visual) y se es más sensible a los deslumbramientos. También se pueden representar dificultades para juzgar distancias y velocidades.
La capacidad auditiva llega a representar serias deficiencias en más del 25% de las personas mayores de 65 años. Se pueden tener dificultades para reconocer y discriminar sonido, así como para identificar la procedencia de los mismos, sobre todo en zonas urbanas, donde existe mucho ruido.
Otro problema que afecta la conducción de los mayores es el gran consumo de fármacos que realizan. El 20% de los mayores de 65 años consume unos cinco medicamentos al día, y eso sin contar con los que se automedican.
También se produce un deterioro de las habilidades motoras que se traduce en una pérdida de la fuerza en la frenada o mayores dificultades para manejar el volante.
Por último, la circulación de hoy en día puede hacer que las personas mayores se sientan más nerviosas de lo que debieran, por lo que pueden volverse más irritables y estar más estresadas ante las diferentes situaciones de tráfico que se les presenten. En ocasiones, su deseo de parecer que están lo suficientemente capacitados para llevar una conducción segura les hace cometer más errores de lo habitual.
LOS MAYORES COMO PEATONES
Pero los mayores de 65 años no son sólo vulnerables como conductores, sino también cuando son peatones. La mitad de las personas mayores fallecidas en accidente de tráfico eran peatones.
Los peatones pertenecen al sistema del tráfico, y por kilómetro recorrido, tienen entre dos y siete veces mayor riesgo de sufrir un accidente que un conductor de automóvil. Su probabilidad de fallecimiento aumenta si el atropello se produce en carretera (por las altas velocidades), pero son más vulnerables en ciudad, donde es necesario hacer una rápida y correcta valoración de toda la información que reciben del tráfico: vehículos y su velocidad, la distancia que les separa de ellos y los riesgos que se puedan dar ante las diferentes acciones que propongan realizar.
Cuando hablábamos de las personas mayores como conductores veíamos por qué sus limitaciones psicofísicas les hacían ser un colectivo especialmente vulnerable, y esto, que se produce en todo ser humano es lo que les hace también vulnerables cuando son peatones.
Las deficiencias psicomotoras de este grupo son las mismas que cuando son conductores.
Deficiencias psicofísicas de los mayores como peatones.
- Deficiencias en la visión: Con la edad se produce un estrechamiento del campo visual que dificulta medir con precisión el movimiento de otros coches u objetos móviles en los extremos del campo de visión. Este deterioro del campo visual se ve incrementado por las dificultades motoras del movimiento de la cabeza-cuello. Por la noche los problemas de visión aumentan por una disminución de la agudeza visual y por una mayor sensibilidad a los deslumbramientos.
- Deficiencias auditivas: Se produce una mayor dificultad para reconocer o discriminar sonidos y averiguar su procedencia, sobre todo en ambientes donde hay un exceso de ruido, como en el tráfico urbano.
- Deterioro de las capacidades mentales: Se padece una disminución importante que puede llegar a afectar al cálculo de las distancias, aumentar el tiempo en la toma de decisiones o percibir más tarde las señales del tráfico. El consumo de medicamentos, que como hemos visto anteriormente, es relativamente frecuente en estas edades, puede afectar negativamente a la capacidad de reacción.
- Deterioro de las habilidades motoras: Es especialmente importante para el peatón anciano, la marcha es más lenta y menos segura, por lo que requiere en muchas ocasiones gran parte de la atención del sujeto en detrimento de la atención necesaria para recoger la información de los estímulos que le rodean y esto también significa menor capacidad de reacción para corregir los movimientos ya iniciados.
Cerca del 70% de los peatones implicados en un accidente han cometido algún tipo de infracción. Entre las más comunes podemos destacar no respetar los semáforos o no cruzar por los pasos de peatones; cruzar de forma incorrecta y caminar de forma antirreglamentaria por los arcenes.
En caso de producirse un atropello, los daños que sufre una persona mayor como peatón es mayor a causa del deterioro físico existente debido al paso del tiempo, por ejemplo, pérdida de masa ósea y muscular.
LOS NIÑOS COMO PEATONES
Los niños se mueven por el sistema que conforma todo lo relacionado con el tráfico sistema que conforma todo lo relacionado con el tráfico sin conocer realmente sus normas, de forma imprudente, al fin y al cabo es un sistema ideado por adultos y para adultos. Los niños presentan déficit preceptuales y cognitivos que van a influir en su comportamiento ante el tráfico.
La baja estatura de los niños reduce su campo visual, hasta un 40%, especialmente cuando anda entre coches aparcados o cuando quieren cruzar y se encuentran con algún tipo de obstáculos (vehículos aparcados, mobiliario urbano...) que interfieren en su campo visual. En estos casos el niño tiende a adentrarse en la calzada para poder ver si la vía se encuentra despejada.
En algunas de estas ocasiones, el niño puede no ser visto por los conductores, lo que disminuye la posibilidad de poder ser detectado con antelación, y todo esto influye para que el tiempo de reacción de los conductores sea inferior para una posible maniobra evasiva. Es importante saber que los niños confunden "ver" con "ser vistos".
Los niños tienen también la visión periférica más limitada, lo cual hace necesario que vuelvan la cabeza para poder ver de forma adecuada, eso hace aumentar el tiempo de reacción.
Los niños menores de siete años no tienen aún maduro su sistema auditivo por lo que no son capaces de localizar la procedencia de los sonidos (como los mayores), por ejemplo no son capaces de saber por donde viene un vehículo sólo por el sonido.
Los menores de diez años presentan un fuerte mundo subjetivo, van pensando en su mundo, prestan muy poca atención a lo que les rodea por lo que son muy frecuentes las distracciones.
Cuando se produce un atropello los niños son especialmente vulnerables, ya que debido a su baja estatura las lesiones más graves se producen en las cabeza y en las partes vitales de su cuerpo. En España, el 30% de los niños fallecidos en accidentes de tráfico eran peatones.
Son muchos los lugares y circunstancias donde los peatones tienen mayor riesgo de resultar atropellados. Los conductores y, en especial los conductores profesionales, deben de conocerlos y extremar las precauciones.
Es importante:
- Moderar la velocidad, sobre todo en zona urbana que es donde hay más peatones. Un atropello a más de 50 km/h. suele resultar mortal.
- Cuidado con las personas que descienden de los vehículos.
- Atención a los peatones que van hablando por el móvil o escuchando música por iPod o MP3/MP4.
En verano hay menos tráfico por las ciudades por o que la velocidad media de los vehículos se incrementa pudiéndose producir mayor número de atropellos. A su vez, en verano también la gente sale más a pasear, incluso por la carretera, por lo que aumenta el número de atropellos en este tipo de vías.
- Especial atención a las calles anchas donde el peatón puede necesitar más tiempo para poder cruzarla al completo.
- En las salidas de garaje, especialmente si son en rampa, son más frecuentes los atropellos.
- Atención a los posibles problemas de visibilidad que se puedan presentar, ya sea por la noche, menor visibilidad por lo tanto más peligroso, o al amanecer o atardecer, con el sol de frente o reflejándose en el retrovisor.
- Extremar la prudencia en los pasos para peatones. La mayoría de los conductores pueden no haberse percatado.
- No hacer señales a los viandantes para que crucen, el resto de los conductores pueden no haberse percatado.
- Mucho cuidado con aquellas zonas donde hay mayor número de viandantes, pudiéndose formar aglomeraciones en las proximidades de los centros comerciales, estadios, cines, paradas de autobuses, etc.
- En las salidas de los colegios también se producen mayor número de atropellos, los niños no prestan la atención suficiente.
- Procurar no circular cerca de la acera, de forma imprevista un peatón puede invadir la calzada.
- Al adelantar a un autobús detenido mucho cuidado con aquellos viajeros que puedan cruzar por delante de ellos, aunque es algo que no se debe hacer.
- Precaución con los grupos de peatones, pueden tener reacciones inesperadas, sobre todo sin hablamos de jóvenes o niños.
- Cuando las condiciones meteorológicas no son buenas (lluvia, nieve, etc.) los peatones prestan menos atención al tráfico, están más pendientes de encontrar donde guarecerse. Los paraguas, capuchas, etc., dificultan una correcta visibilidad.
- Cuando encontremos vehículos averiados o accidentados prestar especial atención porque es muy probable que encontremos peatones en la calzada.
Si el atropello ya se ha producido debemos protegerlo de forma adecuada, regla PAS (Proteger, Alertar, Socorrer) hasta que lleguen los servicios médicos.
LOS CICLISTAS
Los ciclistas son un grupo de riesgo cada vez más amplio ya que el uso de la bicicleta no se limita única y exclusivamente al tiempo de ocio o de práctica de un deporte, sino también se comienza a utilizar cada vez más en las ciudades para los desplazamientos diarios. Las estadísticas nos indican que en España fallece un ciclista cada cuatro días.
Los últimos estudios nos indican que los accidentes de los ciclistas se producen principalmente los fines de semanas, y cuando llega el buen tiempo aumenta el número de ciclistas que salen a las carreteras. Y es en las carreteras convencionales donde se registra mayor número de accidentes, sobre todo en las rectas y en las intersecciones.
Los accidentes más frecuentes son las colisiones frontales contra otro vehículo, seguidos de alcances y choques frontales. En el choque es frecuente que el ciclista salga despedido, siendo las lesiones más graves las que se producen en la cabeza.
Es por esto que el uso del caso por parte de los ciclistas sea tan importante, ya que puede reducir hasta tres veces este tipo de lesiones.
Estudios estadounidenses afirman que son las lesiones en la cabeza las que causan el 80% de los fallecimientos entre ciclistas.
En algunas ocasiones, son los propios ciclistas los causantes de sus accidentes ya que cometen diferentes infracciones, entre las que podemos destacar: las distracciones, girar de forma incorrecta, no circular por el arcén, no emplear elementos reflectantes o no respetar las normas, siendo tambien otra causa la imposición de sus criterios o de sus maneras las que los llevan a no apartarse para circular por el arcén y mantenerse en la calzada.
LOS CONDUCTORES DE CICLOMOTORES Y MOTOCICLETAS
El último grupo de riesgo del que vamos a hablar, pero no por ello el menos importante, son los condutores de ciclomotores y motocicletas, cuyo índice de accidentalidad es el único que ha aumentado en los últimos años.
Su fácil manejo, su tamaño reducido y su movilidad hacen que estos vehículos sean cada vez más utilizados.
Uno de los graves inconvenientes que tienen estos vehículos es que en caso de accidente la probabilidad de fallecimiento es mayor que en un turismo. Uno de cada seis muertos circulaba en este tipo de vehículos. Y una de las principales causas de mortalidad es la no utilización del casco por parte de los conductores o acompañantes.
El accidente más característico de estos vehículos es la colisión frontal y frontolateral cuando se están realizando adelantamientos, y también los alcances, todos ellos se producen mayoritariamente en vías urbanas.
En ocasiones estos accidentes se producen por las infracciones cometidas por los propios conductores de ciclomotores y motocicletas, siendo las más frecuentes conducir de forma distraída e invadir el sentido contrario.
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