La conducción eficiente se podría resumir en las siguientes reglas:
1.-CONOCIMIENTO DE LAS CARACTERÍSTICAS DEL MOTOR DEL VEHÍCULO
Es de gran importancia el conocimiento por parte del conductor de los intervalos de revoluciones a los cuales el vehículo a conducir presenta el par máximo y la potencia máxima, así como de las curvas características propias del motor. En caso de no disponerse de los mismos, deben solicitarse al fabricante.
2.-ARRANQUE DEL MOTOR E INICIO DE MARCHA
Arrancar el motor sin pisar el acelerador. Colocar el disco-diagrama del tacógrafo e inciar la marcha transcurrido un minuto (ya se tiene presión suficiente en los calderines). No se deben, además, realizar aceleraciones en vacío. En un tiempo de un minuto aproximadamente, se puede haber realizado esta operación y se iniciará la marcha del vehículo sin más demora.
3.-PRIMERA RELACIÓN DE MARCHAS
Utilizarla en el inicio de marcha sólo para poner en movimiento el vehículo, cambiando a lo pocos metros recorridos a relaciones de marchas superiores.-
En los vehículos que presenten 1ª corta y 1ª larga, se utilizará la 1ª larga para inicio de la marcha.
4.-REALIZACIÓN DE LOS CAMBIOS DE MARCHAS
Realizar los cambios de marchas en la zona de par máximo de revoluciones del motor, y solamente en condiciones de mayor exigencia se realizarán en regímenes de revoluciones cercanos a la zona de potencia máxima. Es importante que tras el cambio, el motor quede dentro de la zona de par máximo; es decir, dentro de la zona verde del cuentarrevoluciones.
En condiciones favorables, se cambiará aproximadamente:
- Subiendo medias marchas, en torno a unas 1.400 r/min en motores grandes (de 10-12 litros).
- Subiendo marchas enteras, a unas 1.600 revoluciones en motores de 10-12 litros y entre las 1.500 y 1.800 r/min. en motores de menores cilindradas.
Realizar los cambios de forma rápida y acelerar tras la realización del cambio.
No se utilizará el doble embrague.
5.-SALTOS DE MARCHAS
En situaciones favorables de circulación, pueden realizarse "saltos de marchas" en la progresión creciente de las mismas, sin tener que seguir el orden consecutivo de cambio. La ventaja de esta práctica es que se llegará con mayor prontitud a las marchas largas, que son en las que finalmente se va a circular, permitiendo menores consumos de carburante.(En bajada no es necesario ya que al no estar presionado el pedal del acelerador no entra carburante en el motor y subiendo si no tenemos potencia suficiente mejor no intentarlo por que se nos podría quedar y tendríamos que recuperar la velocidad perdida con lo cual se eleva el consumo de carburante y no nos habrá servido el remedio, dejad esta práctica solo para tramos llanos)
Con esta práctica, además se logra la reducción del número de cambios de marcha con la consiguiente mejora en el mantenimiento del vehículo.
Otra ventaja que se encuentra en los saltos de marcha es que se evita tener que pasar por el punto muerto en el cuál el consumo de combustible no es nulo (motor a ralentí). Aunque el consumo provocado por un solo cambio puede parecer despreciable, si se añaden todos los cambios de marcha no realizados con este sistema, puede llegar a reducir el consumo de carburante de manera significativa.
En este caso, la realización de los cambios de marchas se llevará a cabo a más altas revoluciones que en los cambios sencillos, concretamente en el entorno del intervalo de revoluciones de potencia máxima, acelerando de forma ágil y progresiva hasta prácticamente el final del recorrido del pedal del acelerador tras la realización del cambio.
El motivo de esta práctica es que, si normalmente un cambio de marchas en un proceso de aceleración supone una caída de revoluciones, el salto de una marcha supone una caída sustancialmente mayor de la misma, por lo que, si se quiere permanecer en régimen de par máximo, habrá que subir las revoluciones en mayor medida antes de la realización del cambio.
En todo caso, los saltos de marchas se realizarán de forma que no se caiga nunca por debajo de la zona verde del cuentarrevoluciones. Una caída de unas 500-600 r/min, propia de cajas de cambios de 8 relaciones de marchas, es aceptable; pero en el caso de un salto de marchas, esta caída será mucho mayor.
6.-SELECCIÓN DE LA MARCHA DE LA CIRCULACIÓN
Se debe procurar seleccionar la marcha que permita al motor funcionar en la parte baja del intervalo de revoluciones de par máximo. Esto se consigue circulando en las marchas más altas con el pedal aclerador a las 3/4 partes de su recorrido.
En cajas automáticas, se procurará que la caja sincronice la marcha más larga posible a través de la utilización del pedal del acelerador. Esto tendría lugar aproximadamente:
- En torno a unas 1.100 - 1.300 r/min en motores grandes (10-12 litros).
- Entre unas 1.200-1.500 r/min en motores de menores cilindradas.
Las cajas de cambios automáticas eligen la relación de marcha adecuada sin intervención del conductor, en función de las revoluciones del motor y de la posición del acelerador.
Existen muchos modelos de cajas de cambios automáticas. En algunas de ellas se tiene la opción de seleccionar la posición de conducción económica (ECO), en cuyo caso será la que se seleccionará para realizar una conducción eficiente.
En esta posición el control de la caja regula los cambios de marcha siguiendo pautas similares a las que hemos visto para cajas de cambios manuales.
En general, existe una forma de pasar a una marcha superior a unas revoluciones más bajas que las programadas en el sistema de cambio automático.
Para ello, en el proceso de aceleración, se reducirá brevemente la presión sobre el acelerador para, inmediatamente después, volver a acelerar de forma ágil, siempre sin llegar al fondo.
Cuando se pisa el acelerador rápidamente hasta el fondo, se activa el "kickdown".
En esta situación, los cambios de marcha se retrasan y se realizan a muy altas revoluciones.
Por tanto, se actuará así sólo cuando se requieran fuertes aceleraciones en situaciones especiales.
Conviene señalar también que muchas cajas de cambios automáticas modernas incorporan la opción de cambio manual con 4 ó 5 marchas.
En este caso seleccionando la posición manual se puede realizar una conducción eficiente siguiendo las reglas explicadas para cajas manuales; y el consumo será normalmente menor que el obtenido con la posición automática.
7.-VELOCIDAD UNIFORME DE CIRCULACIÓN
8.-DECELERACIONES
Ante cualquier deceleración u obstáculo que presente la vía, se levantará el pie del pedal del acelerador, dejando rodar el vehículo por su propia inercia con la marcha en la que se circula engranada. En estas condiciones el consumo de carburante del vehículo es nulo (hasta regímenes muy bajos de revoluciones cercanos al de ralentí).
Utilizar en la mayor medida posible el freno motor y en la menor medida posible el freno de servicio:
- El "freno motor", si es posible sin reducción de marcha.
- El freno de pie o servicio, para realizar pequeñas correcciones puntuales necesarias para acomodar la velocidad, o para la detención final.
Recordemos el concepto de "freno motor", que consiste en dejar el vehículo rodar por su propia inercia, con una marcha metida y sin pisar el acelerador. Sólo cuando realmente necesario, se acompañará de una reducción de marcha. Así se logrará que las ruedas, en vez de ser receptoras de par del motor, arrastren al motor en su movimiento de giro.
La resistencia del motor a girar actúa entonces como freno, provocando una reducción progresiva de la velocidad del vehículo. A mayores revoluciones del motor, es decir, con marchas más cortas, mayor fuerza de retención, y por tanto, mayor reducción de velocidad.
Siempre que sea posible, se utilizará el proceso de deceleración definido por los siguientes pasos:
- Levantar el pie del acelerador.
- Dejar el vehículo rodar por su propia inercia con la marcha engranada.
- Posicionar el pie sobre el pedal de freno y efectuar las pequeñas correcciones necesarias para acomodar la velocidad.
De esta manera se experimenta un frenado progresivo con un menor desgaste del embrague y de la caja de cambios, y, sobre todo, un menor consumo de carburante. Al no reducir de marcha, se evita pasar por el punto muerto en el cual el consumo de combustible no es nulo (motor a ralentí).
Aunque el consumo provocado por un solo cambio de marcha no sea muy elevado, si se añaden los consumos de todas las reducciones de marcha inútiles en procesos de deceleración, se obtiene un consumo total de cierta relevancia.
9.-PARADAS
En las detenciones, una vez aparcado el vehículo, ya se ha dado tiempo suficiente para que baje el turbo de revoluciones y se apagará el motor sin más dilación.
10.-PREVISIÓN Y ANTICIPACIÓN
Prever las circunstancias del tráfico y, ante las mismas, anticipar las acciones a llevar a cabo.
Dejar suficiente distancia de seguridad con el vehículo precedente acelerando un poco menos que el mismo para poder frenar luego en menor medida que éste.
Controlar visualmente varios vehículos por delante del propio siempre que las circunstancias lo permitan.f
11.- CIRCUNSTANCIAS EXIGENTES
En la mayoría de las situaciones son aplicables las anteriores reglas, pero existen determinadas circunstancias en las que se requieren acciones específicas distintas para que la seguridad no se vea afectada.
En las circunstancias que se requiera, se acelerará el vehículo revolucionando su motor en mayor medida, realizando los cambios de marchas en el entorno del intervalo de revoluciones de potencia máxima.
Todas estas claves deberá aplicarse siempre que el vehículo esté adaptado a ellas y siempre que las circunstancias del tráfico lo permitan sin mermar la seguridad.
Con esta técnica se logra también un cambio de actitud en la conducción, creando un estilo de conducción menos agresivo, basado en la anticipación y en la previsión, repercutiendo en un menor grado de estrés para el conductor, y en una reducción del número de accidentes.
CONDUCCIÓN RACIONAL Y ANTICIPACIÓN
A través de la anticipación, junto con una adecuada distancia de seguridad, es posible reconocer las características del tráfico y sus potenciales situaciones, con lo que se tendrá más tiempo de reacción ante posibles imprevistos derivados del entorno considerado. También permite advertir a tiempo las situaciones peligrosas y adoptar oportunamente medidas para esquivar situaciones inminentes.
La conducción racional y anticipativa lleva de una forma generalizada a un considerable aumento de la seguridad en el estado del tráfico. Se ha de recordar que en la circulación nunca debe uno comportarse de modo que de ello resulte o pueda resultar peligro u obstáculo para otros partícipes del tráfico ya sean conductores o peatones.
Además, también supone esta actitud anticipativa un descanso para el conductor, habitualmente sometido al estrés generado por las ciudades de tráfico denso y complejo, así como por la agresividad que pueden mostrar los conductores circundantes.
La anticipación se pone en práctica cuando:
- Se circula con un amplio campo de visión de la vía y de las circunstancias de la circulación. Un campo de visión adecuado es el que permite ver 2 ó 3 vehículos por delante del propio.
- Se guarda una adecuada distancia de seguridad.
La distancia de seguridad, espacio que se deja de margen entre el vehículo precedente y el propio, será en ciudad, a 50 km/h, de 2 segundos ó 30 metros de distancia y en carretera, a 100 km/h, de 3 segundos u 80 metros de distancia.
Dicha distancia de seguridad podrá aumentar si se presenta una visibilidad reducida de la circulación de la via, ya sea por adversas condiciones meteorológicas, por mal estado o existencia de obras en la vía, porque preceda a nuestro vehículo otro que limite el campo de visión, etc.
Si se guarda esta distancia de seguridad, se logrará un menor uso de los frenos, y por tanto de las aceleraciones posteriores a las frenadas, y también un menor número de accidentes registrados al disponer de un mayor tiempo de reacción ante imprevistos.
Lograr y mantener un adecuado campo visual cuando se circula es de gran importancia a la hora de realizar una conducción basada en la anticipación.
Se ha de prestar atención y examinar la situación del tráfico circundante mediante:
- Una mirada hacia delante, a suficiente distancia (unos 200 m).
- La modificación constante del campo visual, mirando detrás del vehículo, por los espejos retrovisores interiores y exteriores.
- Una mirada atenta, alternativamente a mayor o menor lejanía, que permite contemplar de forma más amplia la circulación de la vía.
Se debe mantener una posición adecuada, tanto de los espejos retrovisores como de los asientos del vehículo, siendo recomendable por tanto, no obstaculizar la visión con elementos como esterillas o cristales que impidan la visión a los vehículos que circulan detrás del vehículo que los lleva.
Normalmente se evitarán los carriles rápidos en las vías, y se circulará asiduamente en el carril de la derecha.
Al circular por la derecha es importante analizar la situación del tráfico y vigilar constantemente:
- Cómo es la estructura del camino (si está dividido o no en varios carriles de distintas direcciones y/o si dispone o no de carriles para bicicletas y peatones).
- En qué clase de camino (autovía o carretera común) se encuentra.
- Si el camino se encuentra dentro o fuera de la zona habilitada.
- Qué clase de balizaje, marcado o señalización existe.
- De qué clase de firme se trata.
- Que otras circusntancias se dan (congestión del tráfico, atmosféricas, visibilidad, etc).
El conductor debe ocuparse constantemente de recoger cuanta información sea necesaria para poder tener una buena visíón de la situación y preguntándose:
- ¿Lleva la velocidad conveniente para la vía en que se encuentra?
- ¿Mantiene una correcta distancia de seguridad?
- ¿Mantiene una posición correcta en la vía?
- ¿Puede adelantar en la zona en que se encuentra o es mejor esperar a otra?
ASPECTOS PRÁCTICOS DE LA CONDUCCIÓN EFICIENTE
Saber sacar el mejor partido al carburante consumido es uno de los objetivos de la conducción eficiente.
Cuando se circula con el vehículo en una determinada marcha, el motor funciona de forma más eficiente a bajas revoluciones.
La reserva de par en el intervalo anteriormente citado de revoluciones es más que suficiente para circular sin problemas con el vehículo. De todas formas, ante situaciones de emergencia o imprevistos que puedan sugir, se establecen procedimientos especiales, como podrían se por ejemplo:
- Ante una incorporación a una carretera, cuando ésta se realiza de forma ajustada por la llegada de vehículos por el carril al que se entra: se acelerará rápidamente, con lo que el vehículo se incorporará de una forma más holgada a la circulación en la nueva vía.
- Ante una circunstancia límite en la que en una vía un vehículo pierda el control y amenace a otro que circule paralelo a él; si los dos frenan, es posible que ambos impacten, pero si uno de ellos súbitamente reduce de marcha y acelera fuertemente, es posible que evite el impacto.
Como se ha citado previamente, se intentará circular en las marchas más largas en la medida en que la circulación lo permita. No se debe realizar frenadas innecesarias que conllevarán posteriormente sus correspondientes aceleraciones. Se mantendrá la velocidad de circulación lo más uniforme posible.
La mejor forma de conseguirlo será:
- Respetando una adecuada distancia de seguridad.
- Realizando la conducción con suficiente anticipación y previsión.
- Usando de forma correcta el pedal del acelerador, es decir, manteniéndolo estable en una determinada posición.
No es conveniente realizar pequeñas variaciones sistemáticas de forma continua en torno a una determinada posición del pedal, ya que se provoca un mayor desgaste de las piezas mecánicas y un mayor consumo.
Los logros que se pretenden conseguir con la conducción eficiente se concretan en mejoras de distintos aspectos que se citan a continuación:
- Ahorro de energía en el ámbito nacional.
- Reducción de emisiones de dióxido de carbono (CO2).
- Ahorro económico en las empresas de transporte.l
- Reducción de contaminación atmosférica.
- Mejora del confort, y disminución del estrés en la conducción.
- Reducción del riesgo y gravedad de los accidentes.
- Reducción de los costes de mantenimiento.
En cuanto a la altas velocidades, es importante notar que el consumo depende de la velocidad elevada al cuadrado. En este caso, un aumento en velocidad de un 20% (pasar por ejemplo de 100 a 120 km/h) significa un aumento del 44% en el consumo (pasar de 8 l/100 km a 11,52 l/100 km).
Es necesario pues, para el ahorro de carburante, y, sobre todo, para la mejora de la seguridad, moderar la velocidad en carreteras autovías y autopistas.
TRAMOS CON PENDIENTE
Pendiente descendente
En las regiones montañosas resulta de suma importancia la correcta utilización de los frenos, cambios de marchas y acelerador, para conseguir un relevante ahorro de consumo de carburante y una mayor seguridad.
Cuando en una vía con pendiente descendente se realiza un proceso de aceleración, el intervalo de revoluciones asignado para el cambio de marchas se adelantará en cierta medida, es decir, se cambiará de marcha a un número más bajo de revoluciones, al venir ayudado el proceso de aceleración por la pendiente que presente la vía.
El adelanto en el cambio dependerá de la pendiente. Se circulará nuevamente en la marcha más larga posible que se pueda seleccionar.
En las pendientes pronunciadas, el uso del freno resulta de vital importancia para conseguir circular de un modo económico y con seguridad.
El procedimiento óptimo será el siguiente:
- Sin reducir de marcha, levantar el pie del acelerador y deja bajar el vehículo rodando por su propia inercia.
- Si se mantiene la velocidad controlada, continuar en la marcha seleccionada.
- Si no se mantiene la velocidad controlada y se acelera en exceso el vehículo, realizar pequeñas correcciones puntuales con el freno del pie.
- Si se sigue sin mantener controlada la velocidad, aumentando ésta más de lo que se desea incluso con las correcciones puntuales de freno, proceder entonces a reducir a una marcha inferior.
- En la nueva marcha inferior, volver a repetir todos los pasos anteriormente dados.
Nunca se ha de bajar una pendiente en punto muerto pues:
- Se incrementa el consumo de carburante, ya que al circular en ralentí supone un consumo de carburante, mientras que el motor actuando como freno no supone consumo alguno (las ruedas transfieren mayor número de revoluciones al motor y este al girar más deprisa o por encima del punto de calado no necesita carburante para seguir en funcionamiento, así pues el consumo es nulo).
- Resulta extemadamente peligroso, ya que obliga a solicitar de los frenos un mayor esfuerzo, suponiendo además un mayor desgaste de los mismos.
Pendiente ascendente
En las vías de pendiente ascendente se ha de circular en la marcha más alta posible con el pedal acelerador pisado hasta la posición que permita mantener la velocidad o aceleración deseada. Se reducirá a una marcha inferior lo más tarde posible.
En este tipo de vía, cuando se realiza un proceso de aceleración, el intervalo de revoluciones asignado para el cambio de marchas se atrasará en cierta medida. Se cambiará entonces de marcha a un número ma´s alto de revoluciones, al venir frenado el proceso de aceleración por la pendiente que opone la vía. El retraso en el cambio dependerá nuevamente de la pendiente que presente el tramo.
Si se estima que el vehículo puede continuar transitando a la misma velocidad, únicamente pisando más el acelerador, no se cambiará de marcha y se aumentará la carga sobre el acelerador. Si las revoluciones no bajan, o bajan muy despacio, sin salir de la zona verde del cuentarrevoluciones, se mantendrá la situación hasta que termine la pendiente, momento en el que se reducirá la carga ligeramente, hasta recuperar la velocidad anterior.
Si no se puede mantener la velocidad y el régimen de revoluciones desciende notablemente, de manera que sale de la zona verde por su parte inferior, se reducirá media marcha, o incluso una entera si la caída de revoluciones es acusada, repitiendo las reducciones de marcha hasta que se llegue a un régimen de velocidad
constante, en la parte alta de la zona verde del cuentarrevoluciones.
Si la velocidad culmina una subida en la que se ha tenido que reducir de marchas, e inicia posteriormente una pendiente descendente, se aprovechará la bajada para volver de nuevo a la velocidad de crucero, dejando que el vehículo se acelere ayudado por la pendiente. Los cambios de marchas se realizarán de manera que la aguja del cuentarrevoluciones se sitúe en la parte inferior de la zona verde del cuentarrevoluciones.
LAS CURVAS
Técnicas para el paso de curvas
Cuando se acerca e vehículo a una curva, se debe, antes de entrar en ella, adaptar su velocidad del automóvil a la adecuada para tomar la curva.
Esto se realizará de forma progresiva, siguiendo los mismos pasos que en cualquier deceleración:
- Levantar el pie del acelerador y dejar el vehículo rodar por su propia inercia.
- Efectuar las pequeñas correcciones necesarias para acomodar la velocidad con el freno de pie.
- Si fuera realmente necesario, reducir de marcha.
Una vez en la curva, se mantendrá la velocidad requerida para su trazado manteniendo estable el pedal del acelerador en al posición necesaria.
La mala costumbre de frenar bruscamente justo al entrar en la curva y acelerar fuertemente durante su trazado, resulta nociva, no sólo por el exceso de carburante consumido, sino además, porque el empleo brusco de los frenos origina una disminución desnivelada del peso en los ejes de dirección, lo que puede llevar fácilmente a una mala estabilidad en el sistema de dirección y en la suspensión del vehículo, incrementando el riesgo de que se produzca un accidente.
Para acomodar la velocidad y la marcha del vehículo a las circunstancias de la curva, se deberá tener siempre y en todo momento una visión clara de la vía así como de la circulación de vehículos en la misma, intentando seguir siempre una actitud de anticipación ante las circunstancias que se puedan presentar, ya sean meteorológicas, del tráfico o de la propia vía.
En el paso de curvas es importante valorar bien y a tiempo aspectos como son:
- Las señales de indicación.
- El desarrollo de la curva (más o menos cerrada, con obstáculos...)
- La anchura de la calzada.
- El estado del piso.
Trazado de la curva
- Agujeros o desperfectos que presente la vía en los laterales de la calzada.
- Posibles ángulos muertos al tomar la curva que oculten obstáculos como ciclistas, peatones o animales.
- Posibles automóviles que circulen por al vía en sentido contrario y la carretera impida su visión.
CONDUCCIÓN EN CARAVANA
Si se circula con fluidez sin realizar continuas aceleraciones y frenadas, se evitarán desgastes innecesarios del vehículo y se ahorrará carburante. Además se les dará la oportunidad a los vehículos que vienen detrás de seguir rodando también, haciendo que la circulación sea más fluida.
El proceso de deceleración, tal y como se ha definido anteriormente vuelve aquí a jugar un papel de importancia al representar una forma de frenar segura, con aprovechamiento de la inercia y con consumo nulo de carburante.
INCORPORACIONES A LAS VÍAS
La incorporación puede, en algunos casos, realizarse a una velocidad relativamente alta, si con ello se incrementa la seguridad en la operacion.
Para lograr una buena aceleración en el carril de incorporación, puede ser necesario cambiar de marchas a un número relativamente alto de revoluciones dentro del intervalo asignado al cambio de marchas.
Sin embargo, cuando el conductor circula con previsión, anticipación, y una conveniente distancia de seguridad las aceleraciones pueden realizarse en la mayoría de los casos sin sobrepasar la zona de par máximo del motor.
SALIDAS DE LAS VÍAS
La salida de las vías debe hacerse sin estorbar a los vehículos que vienen circulando por detrás, lo que significa que se debe salir de la calzada principal sin disminuir la velocidad y no reducirla hasta estar ya en el tramo de deviación.
Se seguirán los mismo pasos que al acercase a una curva, realizando así la deceleración con mayor seguridad, y aprovechando la inercia del vehículo.
PARADAS REALIZADAS DURANTE LA MARCHA
Estas cifras, aunque no sean altas, representan un consumo considerable si se computan de forma acumulada en todos los tiempos de parada realizados.
OBSTÁCULOS A SORTEAR EN LA CONDUCCIÓN
CRUCES
Al paso por un cruce hay que tener una buena visibilidad de la situación y del panorama del tráfico, para poder adoptar una velocidad responsable. Elegir la marcha adecuada así como la velocidad y aceleración exactas previenen las frenadas innecesarias, para tener que volver después a realizar las correspondientes aceleraciones.
GLORIETAS
Es importante que al acercarse a una glorieta, de la misma forma que cuando se trata de una curva, se adopte una velocidad adecuada al trazado de la misma, lo que economizará carburante e incrementará la seguridad en la maniobra.
Se habrá de proceder asimismo, al entrar en una glorieta, a realizar un reconocimiento de la misma, y anticipar sus características más importantes, como pueden ser:
- La anchura de al calzada.
- Lo cerrado de las curvas.
- La existencia de un carril para bicicletas.
- La existencia de un espacio libre para bicicletas y peatones.
- La presencia de otros vehículos en circulación o en espera.
Al entrar en una glorieta, se tiene que prestar especial atención a los vehículos que circulen por la misma, cediéndoles el paso si fuera necesario, al tener éstos prioridad sobre el vehículo que se incorpora.
La salida de la glorieta se realizará con la anticipación necesaria, señalizando la operación y cambiando de carril en el caso de que ésta presente varios carriles en su trazado.
ADELANTAMIENTOS Y MARCHA EN PARALELO
El adelantamiento debe tener siempre una utilidad. Si el conductor al adelantar solamente consigue avanzar un par de puestos en la cola, la ganancia de tiempo es nula, el gasto de combustible es alto y la seguridad en general se compromete. También debe evitarse adelantar para saltar de un hueco a otro.
Debe tenerse siempre presente que el adelantamiento es una de las maniobras más peligrosas.
Al adelantar, es importante que haya espacio y tiempo suficiente para realizar la maniobra de adelantamiento. También en este caso es de la máxima importancia la distancia de seguridad. En principio, en una técnica de adelantamiento bien ejecutada, seguridad y medio ambiente van de la mano.
Ante un adelantamiento, debe minimizar el tiempo invertido en la maniobra, extrayendo del motor del vehículo sus máximas prestaciones posibles. Para lograr este objetivo se manejará la caja de cambios de manera que siempre se sitúe al motor alrededor de la zona de régimen de potencia máxima del motor, es decir, se cambiará a una marcha superior un poco por encima del régimen de potencia máxima, o se descenderá a una marcha inferior cuando se esté un poco por debajo del citado régimen.
Se procurará asimismo, calcular el adelantamiento con suficientemente antelación, de manera que al cambiar de carril, la velocidad sea ya relativamente mayor que la del vehículo adelantado y teniendo en cuenta la limitación impuesta por el limitador de velocidad del vehículo. Para ello, es fundamental guardar una holgada distancia con el vehículo precedente, y comenzar a acelerar antes de cambiar de carril, aprovechando el espacio guardado.
Cuando se rodea un obstáculo como, por ejemplo, vehículos aparcados o barreras que pueda haber en la calzada, es importante que el conductor tenga en cuenta el tiempo y espacio de que dispone para esquivar e obstáculo. Otra vez es de la mayor importancia una buena visión dela situación del tráfico, la anticipación a tiempo y una distancia de seguridad lo suficientemente amplia, preveer es siempre la mejor herramienta.
DETENCIÓN
Cuando se circula en el vehículo y se procede a efectuar una detención, por ejemplo, ante un control de una autopista de peaje, se hará de la siguiente forma:
- Anticipar la operación prestando atención a las señales de indicación.
- Levantar el pie del acelerador y dejar el vehículo rodar por su propia inercia.
- Efectuar las pequeñas correcciones necesarias para acomodar la velocidad con el freno de pie.
- Reducir de marchas si se precisa en última instancia, sí en los últimos metros, el motor se encuentra a un régimen de revoluciones no está demasiado bajo, no se realizará la reducción de marchas, para evitar el uso innecesario del embrague y de la caja de cambios, así como el consumo inútil de combustible que supone pasar por el punto muerto.
- Detención y parada final.
Al finalizar la marcha, si se ha circulado en condiciones particularmente exigentes para el motor (tráfico urbano denso, altas velocidades en carretera...), es conveniente dejar el motor girando a ralentí unos segundos antes de pararlo.
MANIOBRAS ESPECIALES
Antes y durante la realización de cada maniobra especial, el conductor debe cerciorarse de que la misma puede llevarse a cabo sin poner en peligro al resto de la circulación, obstaculizarla o paralizarla innecesariamente. El estorbo al paso del resto de la circulación da también lugar a un consumo innecesario de combustible por parte de los demás usuarios del tráfico. Dicho con otras palabras: debe haber espacio suficiente para poder realizar la maniobra especial. Esto significa que también en la ejecución de estas maniobras, hay que contar con una buena visión de la situación del tráfico, la previsión y una observación atenta son extremadamente importantes.
Caso especial de la conducción de autobuses
La conducción eficiente de autobuses no difiere demasiado de la de los vehículos industriales destinados a transporte de mercancías. En líneas generales, las técnicas de conducción para los camiones son también aplicables a los autobuses, pero con ciertas particularidades que se detallan a continuación:
Los autobuses de larga distancia modernos tienen relaciones potencia / peso normalmente superiores a las de los camiones, lo que les confiere un comportamiento en la conducción diferente, con mayores capacidades de aceleración y velocidad. La regularidad en la velocidad y el aprovechamiento de la inercia en la conducción son igualmente aplicables a estos vehículos. Teniendo en cuenta que la carga transportada en este caso son pasajeros, la suavidad en las actuaciones del conductor, la sensación de seguridad y la regularidad de velocidad, tienen mayor importancia que en los camiones, por lo que la conducción eficiente se convierte en los autobuses, además, en una conducción más confortable para los pasajeros.
Los autobuses urbanos están obligados a realizar continuos arranques y detenciones, circulando muy poco tiempo a una velocidad uniforme. Gran parte de los mismos disponen de caja de cambios automática, al proporcionar ésta una mayor comodidad al conductor en su trabajo, por tener menos variables que controlar. Sin embargo, una aplicación correcta, y basada en la experiencia, de las reglas descritas en los apartados anteriores, hace que la conducción pueda mejorar en eficiencia y confort para los pasajeros. No acelerar más de lo necesario para llegar a la siguiente parada y levantar el pie del pedal acelerador en cuanto prevea que ya no es necesario aumentar más la velocidad; anticiparse a las actuaciones de otros vehículos y mantener una velocidad uniforme cuando las circunstancias lo permitan, puede reducir el consumo hasta porcentajes del orden de un 10 %.
En vehículos dotados de convertidor de par, las aceleraciones se realizarán de la siguiente manera:
Saliendo desde parado, se presionará levemente el acelerador hasta que note el convertidor funcionando de manera que haya una buena transmisión de potencia. Posteriormente se acelerará en mayor medida, según las necesidades de la circulación y la caja de cambios realizará los cambios oportunos.
En caso de que se pretenda la opción de anticipar los cambios de marcha, se puede obligar a la caja de cambios a engranar una marcha superior rebajando la presión sobre el pedal del acelerador.
Es importante recordar que, si se llega a pisar a fondo, se haga de forma progresiva y evitando hacer presión sobre el final de su recorrido, para no accionar el "kick-down", el cual reduciría de marchas sin llegar a ser necesario.
Los autobuses urbanos están obligados a realizar continuos arranques y detenciones, circulando muy poco tiempo a una velocidad uniforme. Gran parte de los mismos disponen de caja de cambios automática, al proporcionar ésta una mayor comodidad al conductor en su trabajo, por tener menos variables que controlar. Sin embargo, una aplicación correcta, y basada en la experiencia, de las reglas descritas en los apartados anteriores, hace que la conducción pueda mejorar en eficiencia y confort para los pasajeros. No acelerar más de lo necesario para llegar a la siguiente parada y levantar el pie del pedal acelerador en cuanto prevea que ya no es necesario aumentar más la velocidad; anticiparse a las actuaciones de otros vehículos y mantener una velocidad uniforme cuando las circunstancias lo permitan, puede reducir el consumo hasta porcentajes del orden de un 10 %.
En vehículos dotados de convertidor de par, las aceleraciones se realizarán de la siguiente manera:
Saliendo desde parado, se presionará levemente el acelerador hasta que note el convertidor funcionando de manera que haya una buena transmisión de potencia. Posteriormente se acelerará en mayor medida, según las necesidades de la circulación y la caja de cambios realizará los cambios oportunos.
En caso de que se pretenda la opción de anticipar los cambios de marcha, se puede obligar a la caja de cambios a engranar una marcha superior rebajando la presión sobre el pedal del acelerador.
Es importante recordar que, si se llega a pisar a fondo, se haga de forma progresiva y evitando hacer presión sobre el final de su recorrido, para no accionar el "kick-down", el cual reduciría de marchas sin llegar a ser necesario.
FACTORES QUE INFLUYEN SOBRE EL CONSUMO DE COMBUSTIBLE
CARACTERÍSTICAS GENERALES DEL VEHÍCULO
Está claro que la tecnología del mundo del motor está evolucionando hacia un menor consumo de combustible y mayores rendimientos. Sin embargo, la utilización errónea de cualquier vehículo puede anular totalmente la eficiencia lograda con las menores tecnologías.
En los vehículos existen, además, diversos sistemas que pueden hacer consumir más o menos energía, por ejemplo:
- Los cambios automáticos convencionales ahorran esfuerzos al conductor pero a la vez consumen más que los cambios manuales. Sin embargo, los cambios automáticos de nueva generación inteligente y los de tipo CVT(relación variable) pueden llegar a consumir menos carburante.
- La utilización de turbocompresores aumenta la potencia y el rendimiento de los motores, aprovechando la energía de los gases de escape.
- La utilización óptima en los vehículos modernos del control electrónico del motor (gestión de la inyeccíón y el encendido de acuerdo con los requerimientos de la marcha, posición del acelerador, régimen de giro, temperatura del motor, condiciones ambientales, etc., así como los parámetros de funcionamiento en algunos casos) permite no sólo reducir el consumo de carburante, sino también las emisiones contaminantes a los valores marcados por la legislación y como apunte en la conducción por parte de conductores nóveles ahorran neumáticos a particulares y empresas.
AIRE ACONDICIONADO
El aire acondicionado o climatizador es uno de los equipos accesorios con mayor incidencia en el consumo global de carburante.
Para mantener una sensación de bienestar en el vehículo se recomienda una temperatura interior del habitáculo de 23-24ºC. A no ser que las condiciones del servicio requieran temperaturas más bajas, se aconseja utilizar el aire acondicionado solamente cuando se supere la temperatura media.
CALEFACCIÓN DE LA CABINA
Cuando el conductor del camión haya de permanecer varias horas en el interior de la cabina, sin estar el vehículo en movimiento, de necesitar calefacción utilizará los dispositivos a tal efecto, cuyo consumo es apreciablemente más bajo que el del motor del vehículo. El motor del vehículo consume aproximadamente 10 veces más que el calefactor de cabina si se destina exclusivamente a funcionar al ralentí para calentar el habitáculo.
VENTANILLAS
Al conducir con las ventanillas bajadas se está modificando el coeficiente aerodinámico del vehículo, provocando una mayor oposicíón al movimiento del vehículo y por lo tanto mayor esfuerzo del motor.
Para ventilar el habitáculo lo más recomendable es utilizar de manera adecuada los dispositivos de aireación y circulación forzada del vehículo.
MANTENIMIENTO PREVENTIVO
El mantenimiento del vehículo puede tener una influencia importante sobre el consumo de carburante.
Los vehículos actuales cada vez necesitan menos mantenimiento, tanto por parte del conductor como por parte de personal experto, si bien es esencial para que el consumo y las emisiones sean las específicadas por el fabricante.
Los principales factores que influyen sobre el consumo de carburante y las emisiones contaminantes son:
Aire acondicionado de energía solar |
El aire acondicionado o climatizador es uno de los equipos accesorios con mayor incidencia en el consumo global de carburante.
Para mantener una sensación de bienestar en el vehículo se recomienda una temperatura interior del habitáculo de 23-24ºC. A no ser que las condiciones del servicio requieran temperaturas más bajas, se aconseja utilizar el aire acondicionado solamente cuando se supere la temperatura media.
CALEFACCIÓN DE LA CABINA
Cuando el conductor del camión haya de permanecer varias horas en el interior de la cabina, sin estar el vehículo en movimiento, de necesitar calefacción utilizará los dispositivos a tal efecto, cuyo consumo es apreciablemente más bajo que el del motor del vehículo. El motor del vehículo consume aproximadamente 10 veces más que el calefactor de cabina si se destina exclusivamente a funcionar al ralentí para calentar el habitáculo.
VENTANILLAS
Al conducir con las ventanillas bajadas se está modificando el coeficiente aerodinámico del vehículo, provocando una mayor oposicíón al movimiento del vehículo y por lo tanto mayor esfuerzo del motor.
Para ventilar el habitáculo lo más recomendable es utilizar de manera adecuada los dispositivos de aireación y circulación forzada del vehículo.
MANTENIMIENTO PREVENTIVO
El mantenimiento del vehículo puede tener una influencia importante sobre el consumo de carburante.
Los vehículos actuales cada vez necesitan menos mantenimiento, tanto por parte del conductor como por parte de personal experto, si bien es esencial para que el consumo y las emisiones sean las específicadas por el fabricante.
Los principales factores que influyen sobre el consumo de carburante y las emisiones contaminantes son:
- DIAGNOSIS DEL MOTOR: La diagnosis computerizada de la centralita de control electrónico debe realizarse cada cierto tiempo para detectar averías ocultas que producen aumentos de carburante y emisiones contaminantes.
- CONTROL DE NIVELES Y FILTROS: Los niveles y filtros son muy importantes para mentener un motor en condiciones óptimas, y como consecuencia para el ahorro de carburante y la reducción de emisiones. La elección errónea del tipo de aceite para el motor, puede suponer un aumento en el consumo de hasta un 3%. El estado de los filtros de aceite, aire y combustible tiene repercusión en el consumo de carburante. Se revisarán:
- El filtro de aceite: su mal estado, además de incrementar el riesgo de sufrir graves averías en el motor, puede aumentar el consumo del vehículo hasta un 0,5%.
- El filtro de aire: su mal estado, habitualmente por un exceso de suciedad, provoca mayores pérdidas de carga de las deseables en el circuito de admisión, lo que hace aumentar también el consumo hasta un 1.5%.
- El filtro de combustible: su mal funcionamiento puede causar aumentos en el consumo de hasta un 0.5%, además de que, en caso de bloqueo, pararía el motor.
Es importante controlar la cantidad de agua en el filtro.
CARGA DEL VEHÍCULO
La resistencia a la rodadura viene determinada por el peso del vehículo y la presión de los neumáticos. El peso del propio vehículo y sus ocupantes influye sobre el consumo de manera apreciable, sobre todo en los arranques y periodos de aceleración. Además, de someter a un esfuerzo importante al motor, a las suspensiones y a los frenos, afecta a la seguridad y aumenta los gastos por mantenimiento y reparación.
Una mala distribución de la carga puede ofrecer mayor resistencia al aire y mayor inestabilidad provocada por la disminución de adherencia del eje delantero.
Aerodinámica
Concienciar a los conductores de que deben estibar correctamente la carga y proteger la misma con lonas bien tensadas; fijar bien los toldos es una de las tareas más importantes, dado que la resistencia aerodinámica del vehículo contribuye de manera decisiva a un ahorro de carburante.
Los deflectores aerodinámicos son dispositivos que también inciden en un ahorro de combustible al reducir la resistencia aerodinámica del vehículo. En caso de ser regulables, deberán estar siempre en la posición adecuada y en perfecto estado de utilización.
ACCESORIOS EXTERIORES
Transportar equipaje en la baca aumenta la resistencia al aire del vehículo, y por consiguiente incrementa el consumo de carburante. Sólo cuando no existe otra solución se puede recurrir a transportar objetos en el exterior del vehículo, colocándolos de manera que afecten en la menor medida al perfil del vehículo (procurar que nunca sobresalga de la estructura del mismo ahorra cantidades ingentes de carburante al año).
Los deflectores aerodinámicos son dispositivos que también inciden en un ahorro de combustible al reducir la resistencia aerodinámica del vehículo. En caso de ser regulables, deberán estar siempre en la posición adecuada y en perfecto estado de utilización.
ACCESORIOS EXTERIORES
Transportar equipaje en la baca aumenta la resistencia al aire del vehículo, y por consiguiente incrementa el consumo de carburante. Sólo cuando no existe otra solución se puede recurrir a transportar objetos en el exterior del vehículo, colocándolos de manera que afecten en la menor medida al perfil del vehículo (procurar que nunca sobresalga de la estructura del mismo ahorra cantidades ingentes de carburante al año).
Un mayor conocimiento de las fuerzas y resistencias que intervienen durante la conducción pueden hacer ésta más segura.
Estas fuerzas y resistencias aparecen:
- Al arrancar
- Al acelerar o frenar
- Al tomar curvas
Transmitiéndose entre los neumáticos y el pavimento a través de una zona de contacto relativamente pequeña.
ADHERENCIA
La adherencia es el contacto por fricción entre neumático y pavimento.
Cuanto mayor es la adherencia tanto mayores son las fuerzas que se pueden transmitir.
Si el contacto es insuficiente, las ruedas resbalan y el vehículo no responde a la voluntad del conductor.
La adherencia se incrementa cuanto mayor es la carga sobre las ruedas, reduciéndose, por tanto, el riesgo de resbalamiento.
Una maniobra puede ser más segura con el vehículo cargado que vacío.
El peligro de deslizamiento aumenta:
- En caso de pavimento muy liso.
- En vías mojadas, pudiéndose llegar a reducir la adherencia a la mitad.
- En suelos helados o nevados, pudiendo bajar a la décima parte la capacidad de transmitir esfuerzos.
Esta disminución de adherencia tiene gran importancia al tomar curvas.
ADHESIÓN E HISTÉRESIS
Los principales mecanismos físicos por los que un neumático proporciona su capacidad de adherencia con el suelo son dos: adhesión e histéresis.
Por adhesión se denomina al fenómeno por el que los átomos de dos cuerpos en contacto, sean rígidos o no, desarrollan una pequeña fuerza electromagnética de atracción mutua.
El segundo mecanismo por el que el neumático desarrolla su adherencia es la histéresis. El fenómeno de histéresis está presente en el caucho por su comportamiento visco-elástico.
El deslizamiento de pieza de este material sobre una irregularidad en la superficie de contacto provoca una deformación. Cuando esta irregularidad se ha superado, el caucho tiende a recuperar su forma original y su contacto con la superficie pero, debido a la histéresis, no de manera inmediata.
Sin embargo, cuanto mayor es la anchura de un neumático, más ancha y corta es la huella.
La disminución en la generación de calor debida a las menores deformaciones que sufre un neumático ancho permite el empleo de compuestos más blandos, que proporcionen una mayor adherencia.
La histéresis tiene, por tanto, un efecto provechoso, la adherencia con el asfalto y uno negativo, la resistencia a la rodadura.
En los denominados neumáticos ecológicos se emplean compuestos con una limitada histéresis, lo que reduce su resistencia a la rodadura pero, como contrapartida, también su adherencia.
DERIVA
El neumático supone una unión elástica entra la llanta y el suelo. Como si de un muelle se tratara, para transmitir una fuerza entre ambos elementos debe sufrir una deformación que tense su estructura en la dirección en la que dicha fuerza debe ser aplicada. En el caso de solicitaciones transversales (cuando el vehículo traza una curva). da lugar a una flexión lateral que se caracteriza por el ángulo de deriva.
Al entrar en contacto con el suelo, cada pequeña sección de la superficie del neumático se adhiere a él y se va alejando progresivamente de su posición original conforme se desplaza hacia la parte trasera de la huella, mientras la rueda gira. Al llegar al extremo trasero de la huella, pierde contacto con el suelo y recupera su posición original.
El ángulo formado por la dirección en que apunta la rueda y aquélla en la que verdaderamente se está desplazando (coincidente con la orientación de la parte de la huella firmemente adherida al asfalto) se denomina ángulo de deriva.
DESLIZAMIENTO
El deslizamiento de un neumático con el suelo se produce siempre que tiene que transmitir una fuerza, ya sea al acelerar, frenar o trazar una curva. Si el deslizamiento es alto se produce una notable diferencia en las velocidades del neumático con el suelo, lo que aumenta el calentamiento del neumático y acelera su desgaste.
Para evitar el deslizamiento es imprescindible, tener las ruedas en perfecto estado, con la presión de inflado adecuada al terreno sobre el que se conduce.
Tener en óptimas condiciones toda la mecánica del vehículo, y es muy importante estar muy atento a todos los cambios que se puedan producir en el terreno (agua, hielo, nieve, arena, obstáculos...), con lo cual no nos cogerá desprevenidos y podremos anticipar la forma en que debemos reaccionar.
AQUAPLANING
Cuando un vehículo rueda sobre una carretera mojada, las acanaladuras o dibujo de la banda de rodadura de sus neumáticos se encargan de evacuar el agua y "abrir paso" en la carretera. Puede ocurrir que los neumáticos no sean capaces de evacuar toda el agua que se encuentran, y entonces pierden contacto con el suelo, deslizándose sobre la película de agua.
El aquaplaning se produce cuando un vehículo atraviesa en al carretera, a cierta velocidad, una superficie cubierta de agua, siendo tales las circunstancias que provocan la pérdida de control del vehículo por el conductor. Cuando existe una capa fina de agua en la carretera, el vehículo no se ve alterada su marcha gracias al perfil de los neumáticos, que van expulsando el agua hacia los lados de forma que las ruedas no pierden el contacto con al calzada.
Si la capa de agua es relativamente gruesa, de forma que la superficie cubierta de agua tiene las características de una charco, las ruedas del vehículo que pasa a cierta velocidad por ese lugar se hundirán en el agua y seguirán en contacto con la calzada, pero seguirá siendo controlable por el conductor.
El peligro surge cuando el vehículo atraviesa una superficie de agua delgada, pero no tanto como la descrita en el primer caso, en el que los neumáticos expulsan el agua. En esta situación la capa de agua supera el grosor en que los neumáticos aseguran la adherencia, de forma que el vehículo, si pasa por ese lugar a una cierta velocidad, pierde el contacto con el suelo y patina. El conductor no es capaz de controlar la dirección del vehículo, de forma que se produce normalmente un accidente, que en muchas ocasiones es grave.
Eso significa que el neumático sólo tiene contacto con el agua y no con el suelo, flotando sobre la superficie mojada y haciéndonos perder el control.
Si vemos que la bolsa de agua está ocupando una anchura tal que no vamos a poder esquivarla, es recomendable forzar la entrada con las cuatro ruedas; siendo muy peligroso cuando sólo permitimos que entren dos ruedas de un mismo lado, pudiendo producirse trompos y latigazos bruscos, capaces de dejarnos colocados en sentido contrario al del carril.
Si vemos que no es posible introducir las cuatro ruedas, tendremos que estar preparados para un posible derrape.
El neumático supone una unión elástica entra la llanta y el suelo. Como si de un muelle se tratara, para transmitir una fuerza entre ambos elementos debe sufrir una deformación que tense su estructura en la dirección en la que dicha fuerza debe ser aplicada. En el caso de solicitaciones transversales (cuando el vehículo traza una curva). da lugar a una flexión lateral que se caracteriza por el ángulo de deriva.
Al entrar en contacto con el suelo, cada pequeña sección de la superficie del neumático se adhiere a él y se va alejando progresivamente de su posición original conforme se desplaza hacia la parte trasera de la huella, mientras la rueda gira. Al llegar al extremo trasero de la huella, pierde contacto con el suelo y recupera su posición original.
El ángulo formado por la dirección en que apunta la rueda y aquélla en la que verdaderamente se está desplazando (coincidente con la orientación de la parte de la huella firmemente adherida al asfalto) se denomina ángulo de deriva.
DESLIZAMIENTO
El deslizamiento de un neumático con el suelo se produce siempre que tiene que transmitir una fuerza, ya sea al acelerar, frenar o trazar una curva. Si el deslizamiento es alto se produce una notable diferencia en las velocidades del neumático con el suelo, lo que aumenta el calentamiento del neumático y acelera su desgaste.
Para evitar el deslizamiento es imprescindible, tener las ruedas en perfecto estado, con la presión de inflado adecuada al terreno sobre el que se conduce.
Tener en óptimas condiciones toda la mecánica del vehículo, y es muy importante estar muy atento a todos los cambios que se puedan producir en el terreno (agua, hielo, nieve, arena, obstáculos...), con lo cual no nos cogerá desprevenidos y podremos anticipar la forma en que debemos reaccionar.
AQUAPLANING
Cuando un vehículo rueda sobre una carretera mojada, las acanaladuras o dibujo de la banda de rodadura de sus neumáticos se encargan de evacuar el agua y "abrir paso" en la carretera. Puede ocurrir que los neumáticos no sean capaces de evacuar toda el agua que se encuentran, y entonces pierden contacto con el suelo, deslizándose sobre la película de agua.
El aquaplaning se produce cuando un vehículo atraviesa en al carretera, a cierta velocidad, una superficie cubierta de agua, siendo tales las circunstancias que provocan la pérdida de control del vehículo por el conductor. Cuando existe una capa fina de agua en la carretera, el vehículo no se ve alterada su marcha gracias al perfil de los neumáticos, que van expulsando el agua hacia los lados de forma que las ruedas no pierden el contacto con al calzada.
Si la capa de agua es relativamente gruesa, de forma que la superficie cubierta de agua tiene las características de una charco, las ruedas del vehículo que pasa a cierta velocidad por ese lugar se hundirán en el agua y seguirán en contacto con la calzada, pero seguirá siendo controlable por el conductor.
El peligro surge cuando el vehículo atraviesa una superficie de agua delgada, pero no tanto como la descrita en el primer caso, en el que los neumáticos expulsan el agua. En esta situación la capa de agua supera el grosor en que los neumáticos aseguran la adherencia, de forma que el vehículo, si pasa por ese lugar a una cierta velocidad, pierde el contacto con el suelo y patina. El conductor no es capaz de controlar la dirección del vehículo, de forma que se produce normalmente un accidente, que en muchas ocasiones es grave.
Eso significa que el neumático sólo tiene contacto con el agua y no con el suelo, flotando sobre la superficie mojada y haciéndonos perder el control.
Si vemos que la bolsa de agua está ocupando una anchura tal que no vamos a poder esquivarla, es recomendable forzar la entrada con las cuatro ruedas; siendo muy peligroso cuando sólo permitimos que entren dos ruedas de un mismo lado, pudiendo producirse trompos y latigazos bruscos, capaces de dejarnos colocados en sentido contrario al del carril.
Si vemos que no es posible introducir las cuatro ruedas, tendremos que estar preparados para un posible derrape.
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